Suman en el sur porteño un área protegida donde antes había
un basural
Abrirán hoy al público 36 hectáreas que forman el Parque
Natural Lago Lugano; aves, insectos, mamíferos, reptiles, peces y anfibios
componen su ecosistema
POR Mauricio Giambartolomei
El mirador hacia el lago Lugano en el nuevo espacio verde;
al fondo, la torre del ex Parque de la Ciudad. Foto: Ricardo Pristupluk
El paso del tiempo y la mano del hombre no impidieron que un
ecosistema tan variado como atractivo, formado por aves, insectos, mamíferos,
peces, reptiles y anfibios, continuara creciendo en el sur de la ciudad. Ese
conjunto de especies integra el Parque Natural Lago Lugano, que, a partir de
hoy, podrá ser visitado por todos los amantes de la vida silvestre.
Se trata de un área de 36 hectáreas en el barrio homónimo,
que recibió protección por ley para custodiar la biodiversidad. Su inauguración
le pone un cierre a un proyecto de conservación impulsado desde hacía años por
los vecinos de la zona. El gobierno porteño respondió a la demanda con el
objetivo de aumentar la oferta de espacios verdes en la Capital.
El predio, situado dentro del parque Roca, a metros del
estadio de tenis y frente a donde se construye la Villa Olímpica, se encuentra
sobre un antiguo meandro del Riachuelo. Su vegetación y fauna autóctonas
soportaron la rectificación del curso de agua: hoy es un terreno donde crecen
al menos 200 tipos de plantas. Más de 100 años después de aquel hecho
histórico, el lugar se transformó en la tercera reserva natural de Buenos
Aires, aunque técnicamente es una urbanización parque (UP), como lo describe la
ley que garantizó su creación en 2015.
El parque ofrecerá la posibilidad de realizar avistaje de
aves, visitas guiadas y recorridas educativas donde hasta hace algunos años
funcionaba un basural clandestino a cielo abierto. Su consolidación integra el
Plan Verde, la iniciativa de la Ciudad para alcanzar 110 hectáreas de nuevos
sitios naturales y públicos en 2019. Según cifras oficiales, en Buenos Aires
existen 6,1 m2 de espacio verde por persona, cuando la recomendación de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) es de 9 m2 por habitante.
"El parque tiene todas las características de una
reserva, pero es un área protegida, un punto intermedio. Tiene características
diferentes a las otras dos reservas [las de la Costanera Sur y la Costanera Norte]
porque se encuentra en el suelo original, no en rellenos. Pudo conservar parte
de la vegetación, de las semillas, después de la rectificación del
Riachuelo", explicó a LA NACION Gabriel Giacobone, biólogo de la Agencia
de Protección Ambiental (APRA) que participó en la identificación de las
especies que habitan el parque.
Más de 200 especies animales
Tras años de trabajos, los especialistas lograron detectar
99 diferentes especies de aves (por ejemplo, tordo músico, pato cutirí y pato
zambullidor); 37 de mariposas (perezosa, saltarina, coluda) y 57 de otros
insectos (escarabajos, mariquita, guitarrero). También, diez especies de peces
(barre fondo, vieja de agua, bagre, sapo), siete de mamíferos (cuis, coipo,
murciélago cola de ratón), seis de anfibios (sapo, rana criolla, ranita de
zarzal) y cinco de reptiles (tortuga de laguna, lagarto overo, culebra).
"La presencia de anfibios, mariposas y aves es
indicador de calidad ambiental; las aves por el ambiente, las mariposas por la
calidad y cantidad de plantas nativas, y los anfibios por la calidad de los
suelos y el agua", aportó Giacobone. Lo más llamativo que detectaron los
técnicos fueron ejemplares de orquídea de talar de entre 30 y 40 años.
Además de la identificación de especies, el parque demandó
una puesta en valor que realizó el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
Entre los trabajos más importantes aparecen la construcción de 1000 metros de
senderos (accesibles para silla de ruedas), un centro de atención al visitante,
un espacio semicubierto para charlas, miradores de avistaje de aves y un
laboratorio para
investigaciones de campo.
El proyecto inicial se originó por una inquietud de la
Asociación Vecinos del Lago Lugano y del diputado porteño Adrián Camps (Partido
Socialista Auténtico), el autor del proyecto de ley que transformó el área en
urbanización parque. "Queríamos convertirlo en reserva ecológica, pero se
generó un punto intermedio para proteger la fauna y el arbolado. Ésa era la
preocupación de los vecinos", recordó el legislador.
Además de la riqueza natural, la zona del lago Lugano
constituye un mojón histórico: allí desembarcaron las tropas inglesas en la
segunda invasión a Buenos Aires, a principios de 1800. Registros antiguos
indican, además, que el llamado Paso Chico que funcionaba en esas tierras era
utilizado por arrieros y troperos cuando bajaba el nivel del Riachuelo.
Con sus 36 hectáreas, el predio se ubica como el segundo
espacio verde y público entre los más grandes de la ciudad. La Reserva
Ecológica Costanera Sur tiene una superficie de 360 hectáreas de humedales,
bañados y pastizales. La de Costanera Norte se extiende por 18 hectáreas, con
la presencia de 400 especies de plantas y animales.
Proponen más espacios
verdes
Legisladores, comuneros y dirigentes del Frente para la
Victoria se reunieron con vecinos de distintos barrios porteños para idear una
serie de proyectos dirigidos a dotar a la ciudad de nuevos parques y plazas,
que denominaron "espacios verdes participativos".
La iniciativa prevé el diseño, la gestión y el cuidado de
cuatro nuevas áreas verdes. Más exactamente, promueven proyectos para la comuna
4 (Unidad Ambiental y Cultural Parque Patricios), la 6 (Parque Caballito), la
13 (Circuito Colegiales Camina - Proyecto Cultural Estación Colegiales) y la 15
(Corredor de Integración Barrial). TOMADO DE LA NACION DE AR
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