TRUMP ENTIERRA LA
LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO DE OBAMA
El presidente abandona el objetivo de reducir las
emisiones contaminantes y recupera la explotación de energías fósiles
Washington El presidente Trump en el momento de
firmar el decreto. PABLO MARTINEZ MONSIVAIS AP
Si el expresidente Barack Obama puso a Estados Unidos en un
puesto de liderazgo en la lucha contra el cambio climático, Donald Trump ha
situado al país en la dirección contraria. Apenas dos meses después de ocupar
el cargo, el mandatario republicano ha puesto en marcha el desmantelamiento de todas las medidas
para reducir las emisiones, la dependencia de energías contaminantes y
lanzar el mercado de las renovables. Trump firmó este martes una orden
ejecutiva con media docena de medidas para recuperar la producción de energías
fósiles que amenaza con arrastrar al país décadas atrás.
EE UU dice adiós a una de las piezas clave del legado de
Obama y da la bienvenida a “una nueva revolución energética”, en palabras de
Trump. “Se ha acabaron los abusos del gobierno federal”, dijo el presidente.
“Se trata de recuperar los puestos de trabajo, volver a cumplir sueños y hacer
que América sea rica de nuevo”. La Administración republicana argumenta que el
demócrata llevó a cabo una “guerra contra el carbón” y “despreció a los
trabajadores” con sus políticas.
- El presupuesto de Trump recortará en Medio Ambiente y
ayuda exterior
- Un negacionista del cambio climático liderará la agencia
medioambiental
Las nuevas medidas abarcan varias agencias federales y
suponen el abandono de las restricciones a las emisiones contaminantes, abren
la puerta a la explotación de petróleo y gas en terrenos públicos, y rescinden
la obligación gubernamental de considerar el impacto ecológico de sus
proyectos. “Cuando se trata de cambio climático, queremos hacer nuestro camino
y a nuestra manera”, adelantó este lunes un asesor del presidente.
La decisión de Trump coincide con lo que ha defendido hasta
ahora y es el paso más ambicioso para deshacer el trabajo de su antecesor para
limitar las explotaciones de carbón, petróleo y otras energías contaminantes.
Hace varios años que el magnate argumenta que el cambio climático “es una
invención china”. Nada más llegar a la Casa Blanca nombró a Scott Pruitt como
responsable de la Agencia de Protección Ambiental a pesar de que en su etapa
como fiscal general de Oklahoma se querelló en más de una docena de ocasiones contra
el organismo que hoy dirige. Pruitt, como Trump, ha cuestionado el papel del
hombre en el cambio climático.
La Administración republicana ha explicado que hay políticas
de Obama que “deben ser eliminadas” directamente y otras que serán revisadas
“para adaptarlas a las prioridades del presidente”. La nueva orden ejecutiva
elimina cualquier intento de ralentizar los efectos del calentamiento global
—EE UU ya padece la subida del nivel del mar y de las temperaturas—, al anular
las restricciones a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Esta decisión hace prácticamente imposible que EE UU cumpla
con su objetivo de reducir las emisiones un 30% para 2030, por debajo de los
niveles de 2005, como se había comprometido hasta ahora. En el aire queda también
que el país cumpla con su parte del Acuerdo de París. La Administración Trump
asegura que “no existe una obligación” de regular las emisiones de plantas
contaminantes y que el presidente todavía debate si EE UU debe abandonar el
pacto global contra el cambio climático.
El decreto también se establece que, con efecto inmediato,
ninguna agencia del gobierno deberá justificar el impacto ambiental de sus
medidas al proponerlas para su aprobación y rebaja el riesgo del cambio
climático al considerar cualquier proyecto. El gobierno federal revisará además
el “coste social del carbón”, una estimación del precio que pagan los
ciudadanos por cada tonelada de dióxido de carbono que se emite a la atmósfera.
La Casa Blanca tendrá más difícil revertir el proyecto de
Obama conocido como Plan de Energías Limpias, pero su decreto es una señal
inequívoca de que las prioridades de la industria del carbón están por encima
de la protección del medio ambiente. Aquel plan ha sido descrito por el equipo
de Trump como una declaración de “guerra contra el carbón” e inspiró una
querella de 28 Estados contra la EPA en 2016 que logró que nunca entrase en
vigor.
El decreto presidencial ordena ahora a la agencia que
escriba una nueva versión del plan y debe hacerlo basándose en datos
científicos denostados por la Administración republicana. Preguntado este lunes
por el consenso en torno al calentamiento global y el efecto de las acciones
del hombre, un asesor especial del presidente en política ambiental respondió
“no sé de qué me hablas”. El gobierno reitera que la prioridad es lograr la
“independencia energética” de EE UU. “Se puede responder al cambio climático
sin dañar la economía gracias al carbón limpio, la energía nuclear e incluso
las renovables”, explicó el asesor.
Las organizaciones defensoras del medioambiente aseguran que
responderán a este decreto en los tribunales. “El ataque de Trump ignora la
realidad. Pelearemos en los juzgados, en las calles y en todos los Estados para
proteger la salud de América”, declaró este martes Michael Brune, director
ejecutivo de Sierra Club. El movimiento por el medio ambiente, que ha convocado
nuevas concentraciones esta primavera, cuenta con el apoyo de la exdirectora de
la EPA, Gina McCarthy, que ha calificado las medidas republicanas como
“peligrosas” y “vergonzosas” para EE UU.
http://internacional.elpais. com/internacional/2017/03/28/
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