Buscan nuevo hogar para 30 mascotas del refugio San Roque de
Quillacollo
Cochabamba
El sacerdote Antonio Aguilera atiende un refugio en
Quillacollo donde acoge y alimenta a 30 perros, pero le pidieron que desaloje
el lugar. Ahora ruega a la gente que adopte a estos canes para que tengan techo
y comida. | José Rocha
El sacerdote Antonio a cargo del refugio. | José Rocha
Los 30 canes que fueron acogidos en el refugio San Roque en
Quillacollo están en riesgo de ser desalojados por orden del dueño del terreno
donde está emplazado.
“Hace unos 15 días tuvimos un problema, los perros
lastimaron a los pavos del dueño y comenzó la presión para el desalojo”, dijo
el sacerdote Antonio Aguilera.
San Roque es un refugio que se fundó hace nueve años en el
valle bajo y hace tres años que el padre Antonio es responsable del lugar.
Su cariño a los perros y dedicación diaria permitieron a 30
canes sobrevivir a la calle y recibir alimento. Sin embargo, Aguilera comentó
que le es difícil mantener el refugio, ya que existe poca población interesada
en la adopción.
“Pocos adoptan y la Intendencia negó el permiso para estar
en la plaza 15 de Agosto y ofrecer los canes en adopción, pero ahora el comando
policial nos ayudó permitiéndonos ubicarnos frente a su institución”, informó
el sacerdote.
Al contar con este espacio, se programó ubicar un puesto de
mascotas para darlas en adopción el sábado 21 de julio frente a la plaza 15 de
Agosto de Quillacollo, en el frontis del comando policial.
“Invitamos a la población que puedan acercarse a adoptar.
Nosotros vivimos de la buena voluntad de la gente, en alimentación, con
arrocillo y pollo que nosotros preparamos”, relató el responsable del refugio.
Periódicamente, personas se acercan al padre Antonio, al
terminar su misa, para dejarle mascotas que no pueden mantener. Él no las
rechaza y las lleva hacia el refugio.
Según Antonio, el refugio San Roque es el único establecido
en el municipio de Quillacollo, pero al que llegan perritos de diversos
municipios, algunos dejados en cajas sin previo aviso.
Mientras el sacerdote Antonio continúa con la búsqueda de un
nuevo lugar donde establecer el refugio, apela a la solidaridad de la población
para la adopción de canes y colaboración para su alimento diario. // TOMADO DE
LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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