Ribera Norte de San Isidro: una reserva natural muy cerca del caos urbano
María Ayzaguer
La Ribera Norte del municipio de San Isidro aparece listada
en google maps y tiene más de 600 comentarios, la enorme mayoría positivos.
"¡Recomendable para despejarse un poco de tanto cemento!", dice uno
de ellos. Se trata de 50 hectáreas (20 de tierra y el resto, aguas del Río de
la Plata) que ofrecen un espacio de contacto con la naturaleza a pocas cuadras
del bullicio de Avenida del Libertador.
La entrada del parque
La entrada del parque Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal / AFV
Ubicado en la costa de Acassuso, el parque natural posee una
gran diversidad de aves autóctonas. Así lo asegura un estudio de la Dirección
de Ecología y Biodiversidad sanisidrense, que detectó 272 especies de las 1040
que habitan en el suelo y el cielo argentinos, es decir, más del 25 por ciento.
Guillermo Olivero -gorro, anteojos de sol, mirada firme al
cielo- se mueve despacio, con paciencia oriental. Dos pasos para un lado, dos
pasos para el otro, siempre en silencio y mirando hacia arriba. "¡Nunca me
dan bola los bichos!", dice en cuanto se le escapa la mosqueta que estaba
queriendo fotografiar. Ingeniero civil jubilado, avistador apasionado y
fotógrafo, visita la Ribera Norte unas tres veces por semana. Para alguien que
logró fotografiar cuarenta y cuatro especies de aves distintas en su plaza
cercana de Villa Pueyrredón, la ribera es lo más parecido a un parque de
diversiones. "¿Viste el lechuzón orejudo que está adelante?", le
pregunta a Guillermo una guía que pasa con un grupo de alumnos. Los avistadores
son entusiastas y solidarios.
Chicos de colegios
secundarios recorren la ribera Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal
Como él, unas 25 mil personas visitan Ribera Norte por año.
Alrededor de 7000 de ellos son estudiantes. Es el caso de los alumnos del
Instituto Nuestra Señora de Luján, de Parque Patricios, que recorren los
caminos de troncos una mañana fría y soleada de julio. Alicia Bruno, su guía,
les explica por qué flotan las plantas acuáticas, cómo cada agosto hay una
superpoblación de garzas y que cuando las tortugas nacen miden casi lo mismo
que una tapita de gaseosa. Los chicos toman nota, miran con binoculares y se
sorprenden.
Hay varios senderos para recorrer fácilmente
el parque Hay varios senderos para recorrer fácilmente el parque Fuente: LA
NACION - Crédito: Patricio Pidal / AFV
"Yo vengo acá y me olvido de los dolores, es otro
mundo", explica más tarde Bruno, que trabaja en el parque hace siete años.
Y que cuando está en su casa se siente encerrada. Algo similar opina su colega
Ana María Lux, que hace más de veinte años viene luchando por ese pedacito
codiciado de naturaleza. "Trabajar acá es mi vida", cuenta,
convencida de que sin el compromiso de cientos de personas a lo largo de los
años la reserva hace rato se hubiera convertido en un shopping o en un barrio
cerrado. Ambas coinciden en que la mejor labor que se puede hacer en la reserva
es la de educar.
Creada en 1982, la Ribera Norte es el primer parque natural
municipal del país. Desde entonces permanece casi inalterada y hoy ofrece un
recorrido por pasarelas de 1300 metros que va atravesando distintos ambientes.
Abre todos los días y la entrada es gratuita.
En la reserva hay
gran variedad de aves
En la reserva hay
gran variedad de aves Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal
Para Bárbara Gasparri, directora de Ecología y Biodiversidad
de San Isidro, la ribera es "una joya única" porque muestra bosque
ribereño no intervenido. "Si venís desde el río primero ves el juncal,
después el matorral, el sauzal, el ceibal y después la laguna y el
pajonal" detalla. Esta concentración de distintos ambientes permite que
exista una gran variedad de especies vegetales y animales en un espacio
relativamente pequeño. Se estima que allí hay 87 especies de mariposas diurnas,
40 de peces, 12 de anfibios, 14 de reptiles, 218 de aves, 13 de mamíferos y 350
de vegetales. Una de las principales características de la Ribera Norte es que
no se asienta sobre suelos de relleno, por lo que se puede observar la naturaleza
en sucesión natural. Nada menos que la
costa original del Río de la Plata.
La Ribera Norte es el primer parque natural
municipal del país La Ribera Norte es el primer parque natural municipal del
país Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal / AFV
Cecila Novaro es una aficionada de la fotografía que,
aprovechando el día lindo, se acercó a la reserva a hacer algunas fotos.
"Me encanta tener esta tranquilidad de venir y estar en el verde",
cuenta la vecina de San Isidro, que conoce la reserva desde hace años. Y
recuerda sonriente la foto que sacó de una tortuga que salía a la superficie
toda cubierta de camalotes.
Ribera Norte de San
Isidro: una reserva natural muy cerca del caos urbano Ribera Norte de San
Isidro: una reserva natural muy cerca del caos urbano Fuente: LA NACION -
Crédito: Patricio Pidal / AFV
Para Hernán Casañas, director de Aves Argentina, las
reservas urbanas como la Ribera Norte tienen una importancia decisiva en lo que
respecta al vínculo entre el hombre y la naturaleza. También, son formadoras de
líderes ambientales. "La mayoría de de las personas que hoy dirigen ONGs
se iniciaron en reservas", cuenta. Y como si todo esto fuera poco, ayudan
a cumplir con la proporción de espacios verdes por habitante que recomienda la
Organización Mundial de la Salud. En Aves Argentinas están convencidos de que
son tantos los servicios (ambientales, sociales y recreativos) que pueden
ofrecer las reservas naturales que cada municipio debería contar con una.
La Ribera es un
paraíso para los avistadores de pájaros
La Ribera es un
paraíso para los avistadores de pájaros Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio
Pidal
Dentro de Ribera Norte también funciona un vivero que invita
a los vecinos de la zona a plantar especies autóctonas. A quienes residen en
San Isidro, se les regala un ejemplar. Parten de la premisa de que cuanto más
se respete la flora natural de la zona, las reservas dejarán de ser
compartimentos encapsulados. El ideal al que apuntan es generar un gran
corredor biológico que llegue hasta Costanera Sur, poblando de especies nativas
cada esquina. "Después la gente se queja de que ya no hay mariposas;
claro, si en nuestras veredas plantamos árboles exóticos ellas no se van a
posar ahí, quedan dentro de las reservas", explica Lux.
"Creo que cuidar la naturaleza es un compromiso, como
ir al colegio o hacer la tarea", concluyó la estudiante Bárbara Dahy,
apenas terminó su visita guiada.
Fotos: Patricio Pidal / AFV
Edición fotográfica: Fernanda Corbani
tomado de la nacion de ar
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