Descubrieron en San
Juan el dinosaurio gigante más antiguo de que se tenga registro; tiene 205
millones de años
Reconstrucción artística de Ingentia prima Crédito: Jorge
González
Un día de 2015, mientras el equipo de paleontología del
Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de San Juan se
encontraba haciendo su campaña anual en la zona de Balde de Leyes, Diego
Abelín, uno de los técnicos, dio la señal de alerta: había encontrado unos
huesos muy grandes.
"Diego es un técnico que siempre encuentra cosas buenas
--cuenta desde San Juan Cecilia Apaldetti, paleontóloga del Conicet que integra
el equipo del Museo--. Creyó que había encontrado huesos de vaca, pero un poco
en broma se puso a gritar: 'Encontré un dinosaurio gigante'. Cuando nos
acercamos nos llevamos una sorpresa enorme, porque no esperábamos dar con
fósiles tan grandes en estos niveles de rocas del Triásico (muy antiguas).
Pusimos una cámara fija y empezamos a sacar fotos; nos imaginamos que iba a ser
algo trascendente".
Lo que habían encontrado Abelín, Apaldetti, Ricardo Martínez
y colegas eran en realidad los restos de dos especímenes de una nueva especie
de dinosaurios herbívoros de 205 millones de años de antigüedad. Dado que se
creía que el fenómeno del gigantismo había comenzado hace unos 180 millones de
años, el hallazgo de Ingentia prima (la "primera inmensa", en latín),
como los o las nombraron, lleva a revisar las teorías sobre el gigantismo de
los "lagartos terribles".
"Los primeros dinosaurios aparecen en el Triásico, hace
unos 233 millones de años, pero al comienzo su tamaño era relativamente pequeño
--explica Martín Ezcurra, investigador del Conicet en el Museo Argentino de
Ciencias Naturales, que no participó en el estudio--. La mayoría medía unos dos
metros de largo. Recién en el Jurásico tardío y en el Cretácico llegaron a
medir hasta 40 metros y a pesar hasta 70 toneladas".
Los ejemplares desenterrados en San Juan, y cuya descripción
se publica hoy con la firma de Apaldetti como primera autora, Martínez, Ignacio
Cerda, Diego Pol y Oscar Alcober en la revista Nature Ecology & Evolution,
pertenecen a la familia de los saurópodos, medían unos ocho metros de largo y
pesaban casi 10 toneladas. Es decir, que tenían tres veces el tamaño de los
dinosaurios más grandes de esa época y eran algo más grandes que un elefante
africano actual. Los científicos están eufóricos porque nunca se había
encontrado un ejemplar tan grande de una época evolutiva tan temprana.
Los científicos,
desenterrando los restos fósiles de la nueva especie de dinosaurio herbívoro
Los científicos, desenterrando los restos fósiles de la nueva especie de
dinosaurio herbívoro Crédito: Genitleza investigadores
"Es un hallazgo muy importante, porque nos lleva a
replantear cuáles fueron los pasos de la evolución para desarrollar este
gigantismo tan impresionante de los dinosaurios --afirma desde París, donde se
encuentra participando del Congreso Internacional de Paleontología, Diego Pol,
coautor del trabajo--. Que un organismo adquiriera este tamaño descomunal es
algo que ocurrió una sola vez en la historia de la vida en la Tierra. Encontrar
a los primeros gigantes es vital para entender qué les permitió crecer tanto,
ya que si bien desde un punto de vista ese tamaño les otorgaba una ventaja
defensiva contra la predación, por otro lado les exigía una fantástica cantidad
de energía para soportar su propio peso, caminar, moverse, reproducirse...
Presentaba múltiples desafíos biomecánicos, ya que su cuerpo estaba sujeto a
presiones muy grandes. Por eso un elefante no puede correr, porque sus huesos
no lo resistirían".
Los nuevos ejemplares son unos 30 millones de años más
antiguos que el más antiguo previamente conocido. Es decir, que el gigantismo
ocurrió mucho antes de lo que se pensaba. Se habría dado unos diez o quince
millones de años después de la aparición de los grandes saurios, aunque las
razones de este fenómeno todavía siguen siendo un misterio.
Por: Nora Bär //
TOMADO DE LA NACION DE AR
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