A la vanguardia, pero
el más caro
El aumento en la producción de energía renovable ha colocado
a Uruguay a la vanguardia en Latinoamérica y el mundo. Esto ha sido posible a
partir del impulso gubernamental y consenso político para el desarrollo de una
política energética con carácter de política de Estado, que permitió alcanzar
importantes metas de incorporación de energías renovables a corto plazo y
ofrece atractivas ventajas impositivas para la inversión en el rubro.
Asimismo, las condiciones geográficas y naturales favorables
para la generación eólica y solar --así como las interesantes oportunidades de
producción de energía a partir de biomasa en el sector agroindustrial--
constituyen un excelente complemento para aumentar la capacidad de generar
energía hidráulica, que históricamente ha aprovechado los principales cursos de
agua del país a tales efectos. A partir del cambio normativo aprobado en 1997,
que estableció la libertad de generación de energía, se habilitó el ingreso de
privados a esta etapa del mercado eléctrico y tanto el gobierno como los
actores privados han realizado importantes inversiones en el sector,
totalizando --según información de Uruguay XXI-- más de U$S 7.000 millones
entre 2010 y 2015. En este sentido, es destacable que el modelo uruguayo de asociación
público-privada para la inversión en el sector demostrara ser sumamente
exitoso, incluso con réplicas en varios países.
El nuevo diseño energético para Uruguay creó oportunidades
no solo para aquellos que desean generar energía a partir del viento para su
propio consumo, también la generación eólica a gran escala mediante la
instalación de parques eólicos conectados a la red de transporte de energía
eléctrica. De manera bastante rápida, distintas zonas del país comenzaron a
cambiar su fisonomía con la instalación de dichos parques eólicos.
Las inversiones realizadas por nuestro país resultan muy
relevantes comparadas con otros países. El último informe de la REN 21 ubica a
Uruguay en el quinto puesto mundial en relación con el nivel de inversiones en
energías renovables como porcentaje del Producto Bruto Interno. En particular,
se destaca la incorporación de la energía eólica a la red eléctrica.
Paralelamente, en los últimos años se ha registrado un
importante aumento en la demanda de energía derivado fundamentalmente del
aumento de los ingresos de los hogares y la generalización de la utilización de
nuevos elementos de confort. Mientras que en el ámbito productivo, el aumento
de la utilización de energía por aumento de la capacidad productiva de las empresas
existentes y el surgimiento de nuevos emprendimientos han influido en la
demanda energética. De acuerdo con las previsiones oficiales, en los próximos
años la demanda energética continuará creciendo fuertemente.
Según estudios de prospectiva realizados por la Dirección
Nacional de Energía, la demanda crecerá a una tasa anual de entre 2,5% y 3,3%
hasta 2035, aunque este ritmo también depende del grado en que se logre
implementar las medidas de eficiencia energética.
Para complementar los cambios en la matriz energética,
reducir las emisiones y asegurar el autoabastecimiento energético por un
período de tiempo prolongado, el gobierno también está ejecutando políticas por
el lado de la demanda. En este sentido, el Plan Nacional de Eficiencia
Energética establece las líneas de acción necesarias para promover la
disminución eficiente de la demanda energética a nivel nacional y, en ese
marco, el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) puso en marcha la
operación de los certificados con un valor equivalente a los ahorros realizados
al respecto, lo que permite obtener un ingreso monetario adicional a los
beneficios inherentes a las acciones de eficiencia.
En 2016, un total de 47 empresas e instituciones públicas
respondieron a la convocatoria del ministerio y presentaron proyectos que
comprendieron a más de 120 establecimientos industriales, comerciales, de
servicios y organismos públicos, con la aprobación de 129 medidas de eficiencia
energética en 105 establecimientos distribuidos en todo el territorio nacional.
El beneficio total de los certificados en esa convocatoria
ascendió a más de 1,3 millones de dólares --el 60% del monto total otorgado en
CEE corresponde a proyectos en el Interior del país-- implementándose proyectos
de mejora en la iluminación, ventilación y refrigeración de ambientes,
conservación de alimentos, calentamiento de agua, enfriamiento de proceso,
generación solar fotovoltaica y de vapor, entre otros. Según lo informado por
el Ministerio de Industria, los ahorros energéticos anuales de las medidas de
eficiencia energética aprobadas son equivalentes al consumo medio anual de
electricidad de 22.400 hogares o 67.000 habitantes, similar al consumo de la
ciudad canaria de Las Piedras.
Indudablemente, la diversificación de la matriz energética y
el ahorro energético tienen múltiples beneficios, no solo para las cuentas
públicas, también en otros aspectos: la reducción de la vulnerabilidad del
sector eléctrico del país frente a las condiciones hidrológicas derivadas de la
ocurrencia o no de lluvias y en lo que respecta a la dependencia de la
fluctuación de los precios internacionales del crudo o las contribuciones
positivas al medio ambiente mediante la reducción de gases de efecto
invernadero, entre otras. La diversificación de la matriz también ha resultado
un buen negocio, dado que cuando hay superávit de generación, suele venderse
energía a los países vecinos.
A pesar de todo esto, las mejoras no se han traducido en
beneficios significativos para el usuario a través de precios más bajos. En
este sentido, únicamente se cuenta con algunos incentivos de ahorro energético
a nivel domiciliario, como planes de uso de energía solar, cambio de
termotanques y planes de cambio de tarifas para quienes consuman menos de 230
kW o la denominada tarifa “inteligente”.
En cuanto a precios de electricidad en el hogar, seguimos
siendo el país más caro en la región y el último ajuste tarifario que entró a
regir en enero pasado hizo que el país ampliara su brecha respecto a los países
vecinos. Indudablemente, ya es hora que las mejoras que nos sitúan a la cabeza
de la innovación energética en Latinoamérica y en uno de los primeros lugares
del mundo se traduzcan claramente en el bolsillo de la gente. TOMADO DE EL
TELEGRAFO DE UY - NOTA no dice nada el autor de que no contamina y a la larga es barata y saludable
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