Metro evitó emisión de 407.817 toneladas de gases
contaminantes
28.508 toneladas de CO2 es la huella de carbono anual del
metro de Medellín, pero sin él se habrían liberado 407.817 toneladas de CO2 en
la atmósfera del Valle de Aburrá.
Si en Medellín no existieran las dos líneas de metro, los
metrocables y el tranvía de Ayacucho, la crisis por contaminación que vivimos
hoy en el Valle de Aburrá sería mucho peor.
“El Metro de Medellín es un sistema de transporte de
tecnologías limpias —eléctrica para trenes, cables y tranvía— y ha validado, a
través de diferentes metodologías, de instituciones como el Banco Mundial, GAIA
y el Centro Nacional de Producción más Limpia (Cnpml), lo que significaría
movilizar 1,1 millones de personas al día, con tecnologías diferentes a las que
la ciudad tiene con estos tres modos de transporte.
“En este sentido, si ese más de un millón de personas se
trasladaran en vehículos con motores de combustión interna, en 2016 se habrían
emitido otras 407.817 toneladas de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera de
nuestra región. Esa es una gran compensación que recibe el Valle de Aburrá”,
indicó Tomás Elejalde Escobar, gerente general del Metro de Medellín.
El alto funcionario sostiene que a ese beneficio se le puede
dar un valor económico, el cual sería de 61.172 millones de pesos.
Igualmente, se evita la emisión 10.626 toneladas de otros
contaminantes atmosféricos: compuestos orgánicos volátiles (969,8 t), monóxido
de carbono (5.611 t), óxidos de nitrógeno (3.996 t), amoníaco (5,9 t), óxido de
nitrógeno (1,04 t) y material particulado PM2,5 (41,6 t); este último, el más
perjudicial para la salud de las personas.
Huella de carbono
Cabe mencionar que, como todas las empresas, medios de
transportes y personas, la huella de carbono anual que genera la operación del
sistema metro es de 28.508 toneladas de CO2.
Sin embargo, esta cifra es significativamente inferior si se
compara con la huella de carbono de un solo automóvil, el cual, en una viaje
diario promedio de 8 kilómetros, genera unos 22 kg de CO2, una media de 4,8
toneladas de CO2 al año.
Si se multiplica esa cantidad por el número de automóviles
que hay en Medellín y su área metropolitana, según la secretaría de Movilidad:
222.238 (203.072 particulares y 19.166 taxis), la huella de carbono, solo de
los automóviles, es de 1,06 millones de toneladas de CO2 anuales.
Claro está, la cifra es mucho mayor, ya que faltaría incluir
la huella de carbono que generan las motos, buses y camiones que también hacen
parte del tráfico de la región.
Otros ejemplos en el mundo
El metro de Madrid (España), que funciona con electricidad
procedente de energías renovables y fuentes más limpias, en su última medición
de huella de carbono corporativa, compara el factor de emisión de otros modos
de transporte, como el del automóvil, y revela que los gases de efecto
invernadero que genera su sistema metro son diez veces menores que las de un
vehículo o seis veces inferiores a las de la moto. En 2014 solo emitieron
74.641 toneladas de CO2, casi tres veces la emitida por el metro de Medellín.
En Buenos Aires (Argentina), anualmente, las emisiones
totales del sector transporte genera en promedio 3,6 toneladas de CO2. El 97
por ciento de estas emisiones corresponden al transporte carretero
(automóviles, buses y camiones) y el tres por ciento restante se debe a la
operación del subte —como se le conoce al metro de la ciudad— y otros trenes.
En Lima (Perú), el presidente del Organismo Supervisor de la
Inversión en Energía y Minas, Jesús Tamayo, afirma que un millón de pasajeros
transportados un kilómetro en taxi generan 250 toneladas de CO2, mientras que
el transporte en metro emite solo 15 toneladas de CO2.
ACCIONES DEL METRO EN CASO DE UNA ALERTA ROJA AMBIENTAL
· Posibilidad de ampliar el horario de servicio de 4:00 a.m.
a 12 p.m.
· Se tendrán 4 unidades de tren de reserva; operarían 53
trenes en hora pico, tres de ellos se usarán para bucles.
· Control de ingreso en algunas estaciones. Esto podría
hacerse con voluntarios de la Empresa y con personal de campaña. De esta
manera, se evitará que haya congestión en plataformas.
· Redistribución del personal de campaña educativa en las
estaciones más congestionadas.
· Estrategia de comunicaciones conjunta con el Área Metropolitana
y las alcaldías.
· Cobros por congestión.
CAMILO TRUJILLO VILLA Periodista de la Universidad de la
Sabana. Experto en temas de movilidad, transporte, infraestructura, desarrollo
sostenible y gobierno. No hay historia pequeña. Tomado de el colombiano
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