El mundo laboral del
año 2030 deberá ser más igualitario. Así lo sugiere el tema elegido para
celebrar el Día Internacional de la Mujer “Las mujeres en un mundo laboral en
transformación: hacia
un planeta 50-50 en 2030”.
Un mercado laboral que se encuentra en plena transformación
con grandes implicaciones para las mujeres. La globalización, la revolución
tecnológica, el aumento de la informalidad y la inestabilidad, así como el
impacto del cambio climático afectan de distintas maneras el empoderamiento
económico de las mujeres.
Los efectos del cambio climático pueden producir impactos
negativos en el empleo en algunos sectores como el turismo donde las mujeres
están representadas en proporciones muy altas. Sin embargo, también puede
ofrecerles oportunidades con la creación de empleos de alta calidad gracias a
la puesta en marcha de medidas de mitigación y adaptación que promueven el
crecimiento sostenible. Este es el caso
de las energías renovables, sector en el que se calcula que dará empleo a 24
millones de personas en todo el mundo en 2030.
La participación de la mujer en el sector energético
continúa siendo baja. Según el informe sobre empleo del World Economic Forum de
2016, las mujeres representan el 15% de la fuerza laboral energética. Este dato
podría ser un poco más elevado en el caso del sector renovable.
Una encuesta realizada recientemente por IRENA a 90 empresas
de energías renovables alrededor del mundo indica que el 35% de los empleos en
el sector están ocupados por mujeres. Las mujeres representaban el 46% de las
tareas administrativas y sólo el 28% de los puestos técnicos y el 32% de los
directivos. En cifras absolutas, las fuentes más importantes de empleo para las
mujeres en los países industrializados son la energía solar, la energía eólica,
la biomasa y los biocombustibles.
Esta reducida participación de las mujeres en el sector de
las energías renovables es resultado, en parte, de los bajos niveles de
participación de las mujeres en las carreras universitarias de ingeniería. En
América Latina y el Caribe, se gradúan más mujeres que hombres en la
universidad, sin embargo, sólo el 11% de los grados en educación superior
obtenidos por las mujeres en la región corresponden a los campos de ciencia,
tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) según un estudio publicado por el
BID.
Pero además existen otras barreras como los estereotipos de
género del sector que generan discriminación hacia las mujeres en los procesos
de contratación; la inexistencia de modelos femeninos a los que seguir; la
incompatibilidad de largas jornadas laborales y agendas de viajes excesivamente
cargadas que no les permiten compatibilizar sus responsabilidades domésticas; o
la existencia de un ambiente muy masculino donde las mujeres no se sienten
cómodas trabajando.
La participación de más mujeres en los empleos de energías
renovables contribuiría a reducir la escasez de competencias existentes en
todos los países en el sector que requiere de nuevas habilidades técnicas y de
ingeniería. Mientras que, por otra parte, tendría un impacto socio económico
importante al permitir el acceso de las mujeres a empleos de alta calidad con
buenas remuneraciones. No existen datos sobre los salarios de las mujeres en el
sector renovable, pero como referencia podemos decir que las mujeres que
trabajan en STEM ganan un 33% más que las mujeres en ocupaciones no-STEM. De la
misma manera, la brecha salarial en estas profesiones existe, pero es más
reducida que para el resto de sectores.
Eliminar las barreras existentes y trabajar para conseguir
igualdad de oportunidades en el acceso de mujeres a empleos de calidad en
energías renovables permitirá aumentar sustancialmente el talento del sector y
encontrar aquellas competencias necesarias para su pleno desarrollo. Lo que
muestra que un mundo laboral 50-50, no es bueno sólo para las mujeres.Tomado de envio de red foroba
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