Con potencial para
crecer más
Bajo la premisa de buscar sistemas de generación de
electricidad cada vez menos dependientes de los combustibles fósiles (petróleo,
carbón y gas, básicamente), que reduzcan la contaminación ambiental y
contribuyan a mitigar el cambio climático, las denominadas fuentes renovables
de energía vienen experimentando un notable auge a nivel internacional
Autor: Orfilio Peláez | En Cuba la energía solar
fotovoltaica puede aportar mucho al estratégico objetivo de aumentar el peso de
las fuentes renovables en la generación de electricidad.
En Cuba la energía solar fotovoltaica puede aportar mucho al
estratégico objetivo de aumentar el peso de las fuentes renovables en la
generación de electricidad. Foto: Ronald Suárez Rivas
Bajo la premisa de buscar sistemas de generación de
electricidad cada vez menos dependientes de los combustibles fósiles (petróleo,
carbón y gas, básicamente), que reduzcan la contaminación ambiental y
contribuyan a mitigar el cambio climático, las denominadas fuentes renovables
de energía vienen experimentando un notable auge a nivel internacional.
Una de las que muestra un desarrollo verdaderamente
acelerado es la energía solar fotovoltaica (FV), cuyo basamento radica en
convertir la radiación solar en electricidad. Baste decir que si en el 2011
estaban instalados en el mundo 70 500 megawatts de potencia fotovoltaica, al
cierre del 2016 la cifra ascendía a unos 300 000 MW, de los cuales 75 000
fueron puestos en funcionamiento en ese propio año.
Los países que tienen el mayor porcentaje de parques FV en
plena disposición son, por ese orden, China, Alemania, Japón, Estados Unidos,
Italia, Reino Unido, India, Francia, España y Australia. Pese a recibir mucho
Sol, América Latina, el Caribe y África disponen de poca energía FV, cuestión
que debe ir modificándose en el futuro.
Según explicó a Granma el doctor en Ciencias Daniel Stolik
Novygrod, Profesor Titular de la Facultad de Física de la Universidad de La
Habana e Investigador y presidente de la Consultoría Fotovoltaica del
Laboratorio Fotovoltaico del Instituto de Ciencias de los Materiales (IMRE) de
la capitalina casa de altos estudios, dentro de las causas que fundamentan tan
apreciable despegue aparecen el aumento de la eficiencia de las celdas solares,
la automatización de la producción FV y el abaratamiento de la inversión
inicial.
Precisó al respecto que hace cuatro décadas el módulo FV
costaba alrededor de 70 dólares, mientras en el presente mes de marzo las
celdas de silíceo cristalino no sobrepasan como promedio los 0,35 USD, es decir
el precio disminuyó en 200 veces en el mercado internacional.
«Hoy los módulos e inversores FV, son de fácil traslado y
rápida instalación, producen electricidad limpia, renovable, instantánea, sin
ocasionar ruidos, con bajos costos de operación y mantenimiento, poco consumo
de agua y bajo riesgo de accidente tecnológico, teniendo un ciclo de vida útil
enmarcado en alrededor de 25 años».
En opinión del doctor Stolik, quien también desde la
Universidad de La Habana asesora al Ministerio de Energía y Minas, y a la Unión
Eléctrica sobre el tema, otro aspecto en favor del empleo de la energía
fotovoltaica es haber logrado la paridad del costo del kilowatts hora FV con el
de la red eléctrica convencional, y la absoluta viabilidad económica de las
operaciones una vez puestos en marcha los sistemas, pues el combustible a
emplear es el sol y este permanecerá disponible con una gran estabilidad en el
mundo durante varios miles de millones de años más, prácticamente en mayor o
menor medida en toda la geografía del planeta.
CAMBIAR LA MATRIZ ENERGÉTICA
De acuerdo con lo planteado por el profesor Daniel Stolik,
en Cuba hasta el 2012 las instalaciones existentes sumaban menos de 3 MW de
potencia fotovoltaica y estaban concentradas fundamentalmente en alrededor de 9
000 pequeños sistemas FV situados en lugares remotos donde no llegaba la red
eléctrica nacional, distribuidos en consultorios médicos, escuelas rurales,
viviendas y salas de video.
Ya al año siguiente y en consonancia con la voluntad
política prevaleciente de impulsar el desarrollo de las fuentes renovables de
energía, se erigió el primer parque de un MW conectado a la red eléctrica en
Cienfuegos, proceso continuado después en otras provincias.
Paso fundamental hacia el objetivo de ir logrando cambiar de
manera paulatina la matriz energética de la nación, muy dependiente de los
combustibles fósiles, lo fue la aprobación en el 2014 por el Consejo de
Ministros de la Política de las Fuentes Renovables y Uso Eficiente de la
Energía, hasta el 2030.
El propósito enunciado en el documento y reiterado en varias
oportunidades en informes presentados ante el plenario de la Asamblea Nacional
del Poder Popular y en intervenciones de ministros y altos dirigentes del
Gobierno y el Partido, es lograr para la citada fecha que no menos del 24 % de
la electricidad generada en el país proceda de fuentes renovables (hoy solo
representan un aproximado del 4,6 %), entre las que figuran la fotovoltaica,
junto a la biomasa, la eólica y la hidráulica.
Cuba, señaló el doctor Stolik, recibe un promedio de
radiación solar superior a los 1 800 kilovatios por metro cuadrado al año, lo
cual garantiza la disponibilidad y durabilidad de dicho recurso natural en
cantidades abundantes.
«Vale apuntar que la radiación más baja de nuestro país es
muy superior a la más elevada que pueda tener Alemania, nación que actualmente
tiene más de 40 000 MW instalados con un 60 % menos de radiación solar».
Destacó el especialista que uno de los asuntos a resolver es
el de la intermitencia en la captación de la radiación solar, debido al paso
diurno de nubes y la llegada de la noche.
Para ello, dijo, existen varias alternativas referidas por
ejemplo a utilizar plantas de arranque rápido y almacenamiento de electricidad,
capaces de cubrir los momentos de interrupciones de forma automatizada.
Las proyecciones muestran que Cuba se propone construir a
corto plazo 59 parques fotovoltaicos e incorporarlos al sistema
electroenergético nacional. De esa cantidad 33 deben terminarse durante el
2017.
Más allá de lo anterior, el doctor Daniel Stolik afirma que
según sus estudios, el potencial de uso de la energía solar fotovoltaica en la
Mayor de las Antillas puede ser bastante superior a lo previsto, aportando de
forma más acentuada al objetivo estratégico de avanzar hacia la autosuficiencia
en materia de generación de electricidad.
Resaltó que para ello el país dispone del requerido capital
humano y condiciones naturales favorables a tal empeño, expresadas en la
elevada disponibilidad de sol. Tomado dela
Granma de cuba
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