Autor: Cecilia Yáñez
Ingeniero forestal realizó catastro de los árboles más
grandes del país. El coihue apodado “El presidente”, ubicado en un predio de la
U. Austral, lidera la lista.
Estudio registra 44 árboles “monumentales” que no están
protegidos
Desde hace algunos años, Alvaro G. Gutiérrez, ingeniero
forestal especialista en ecología y conservación de los bosques nativos en
Chile lleva un catastro de los árboles más grandes que existen en el país. En
todo el mundo, estos individuos son llamados “árboles monumentales” por las
grandes dimensiones que alcanzan y por lo que representan.
“Teníamos información propia y anécdotas de otros
investigadores que hablaban de árboles muy grandes en algunos bosques”, dice.
Fue así que junto a su equipo del Laboratorio Bosque Ciencias y como parte de
un proyecto Conicyt-Pai, se dedicaron a buscar los más grandes.
“Estos árboles son un patrimonio natural que se debiera
preservar. Son el legado de un pasado remoto, de cientos o mil años en algunos
casos. Son relevantes desde el punto de vista de conservación y regulación del
bosque nativo. En ellos viven microorganismo, insectos, aves, reptiles y son el
sostén de otros tipos de plantas. Tenemos que saber dónde están, entender cómo
han llegado a vivir tantos años y saber cómo conservarlos”, dice el también
profesor de la Facultad de Agronomía de la U. de Chile.
La definición de árbol monumental señala que éste debe tener
un diámetro de al menos 2,5 metros medidos a los 130 centímetros de altura.
También son considerados monumentales aquellos con más de 50 metros de alto.
Con estas características han logrado catastrar 44 árboles y elaborar un
ránking de las 10 árboles más monumentales.
De acuerdo al registro elaborado en los bosques valdivianos
existen 44 árboles que califican como monumental: coihues, araucarias, alerces
y raulíes. “Para medirlos se utiliza un instrumento sónico llamado hipsómetro
que envía señales al tronco y hace relaciones isométricas para calcular la
altura”, explica.
El que encabeza la lista es un coihue apodado “El
presidente” ubicado en el predio San Pablo de Tregua de la U. Austral de Chile,
entre los lagos Calafquén y Panguipulli (foto 1). Tiene unos 600 años aproximadamente,
mide casi 35 metros de altura y tiene un diámetro de tronco de más de cuatro
metros. Pese a que tiene su tronco principal y grandes ramas laterales
quebrados y está completamente ahuecado (un espacio en el que caben 10
personas), el árbol se mantiene en pie y con abundante follaje.
Sin protección
Según Gutiérrez y su equipo, es necesario que el Estado
proteja a estos árboles, pero no existen instrumentos legales que aseguren la
preservación de árboles monumentales, como en Canadá. Varios de los catastrados
hasta el momento están ubicados en parques y reservas nacionales pero hay otros
que están en predios privados donde su existencia depende sólo de la voluntad
del dueño. En la legislación chilena existe el concepto de Monumento Natural y se
ha declarado como tal a especies como el alerce (1977), la araucaria (1990),
queule, pitao y ruil (1995). pero no se puede aplicar a un solo individuo para
resguardar alguna característica especial. Consultada la Conaf, reconoció que
no existe normativa de protección específica para un individuo, sin embargo,
dicen que una ordenanza municipal sí podría hacerlo, aunque de eso no existe
todavía registros. En otros países ha sido la comunidad organizada y municipios
quienes han tomado esa determinación.
Gutiérrez y su equipo ahora trabajan en un nuevo proyecto de
investigación para conocer cómo el cambio climático está afectando a estos
árboles. “En un análisis preliminar hemos visto que algunos se están secando.
Hay especies que son más sensibles. El alerce, por ejemplo, parece que está
creciendo más rápido en la zona de la cordillera, pero algunos coihues muestran
señal de decrecimiento. Se debe estudiar”, recalca. TOMADO DE LA TERCERA DE
CHILE
No hay comentarios:
Publicar un comentario