José Ingenieros (nacido como Giuseppe Ingegnieri, Palermo,
24 de abril de 1877 - Buenos Aires, 31 de octubre de 1925) fue un médico,
psiquiatra, psicólogo, criminólogo, farmacéutico, sociólogo, filósofo, masón,
teósofo1 2 escritor y docente ítaloargentino. Su libro Evolución de las ideas
argentinas marcó rumbos en el entendimiento del descarrilamiento histórico de
Argentina como
nación. Se destacó por su influencia entre los estudiantes que
protagonizaron la Reforma Universitaria de 1918.
Ingenieros no fue lo que actualmente se denomina
«sociólogo»; más bien se podría calificarlo como un ensayista crítico. Sus
ensayos acerca de la sociedad de su época ayudaron a abrir el diálogo sobre un
sinnúmero de aspectos morales y éticos de la Argentina de principios del siglo
XX, discusión que se originó en diversas corrientes de opinión política de la
época como el socialismo, la masonería, el comunismo y el anarquismo y que
derivó en la inclusión, transformada por cierto, de esos principios en vastos
movimientos sociales como el radicalismo y el peronismo, que monopolizan la
política argentina hasta el día de hoy.
Natalicio de Jose ingenieros, Ingenieros, quien fue nombrado
"Maestro de las Juventudes" por el movimiento estudiantil de la
Reforma Universitaria de 1918, acompañó a Juan B. Justo en los inicios del
Partido Socialista.
Nacido Giuseppe Ingegnieri, era hijo de Salvatore Ingegnieri
y Mariana Tagliavia.3 Cursó sus estudios primarios en el Instituto Nacional.
Trabajó desde niño corrigiendo pruebas de imprenta, ya que su padre era
periodista y tuvo dificultades económicas.4 Solía encargarle traducciones de
italiano, francés e inglés, incluso de libros enteros. En 1888 ingresó al
Colegio Nacional Buenos Aires, que dirigía Amancio Alcorta.5 En 1892, ya
habiendo finalizado sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos
Aires, fundó el periódico La Reforma y un año después (en 1893), ingresó como
alumno a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, de la que
se recibió en 1897 de farmacéutico y en 1900 de médico con su tesis Simulación
en la lucha por la vida. Para esa época ya era conocido en los círculos
literarios.
Además de sus intereses puramente científicos y sociales,
también tuvo desde muy joven interés por el estudio del ocultismo, los
fenómenos parapsicológicos y la teosofía.1 Desde 1897 dirigió el diario La
Montaña (periódico que se autodenominó «socialista revolucionario») junto con
Leopoldo Lugones, en donde en su primer número escribió un artículo (el primero
de varios) en donde defendía a la teosofía y al ocultismo y daba su punto de vista
respecto al papel que estos tendrán (o deberían de tener) en el futuro,
especialmente en el campo de la investigación científica.
En 1898 escribió por primera vez para la revista teosófica
Philadelphia, para la cual escribirá en varias ocasiones. En sus publicaciones,
Ingenieros mostraba un rechazo por las posturas científicas oficiales
―señalándolas como dogmáticas―, y proponía una actitud más abierta en la
investigación psicológica.6
En 1903, la Academia Nacional de Medicina lo premió por
Simulación de la locura (secuela de su tesis editada en libro). Fue nombrado
jefe de la Clínica de Enfermedades Nerviosas de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Buenos Aires. En 1904 ganó la suplencia de la cátedra de
Psicología Experimental en la Facultad de Filosofía y Letras (de la Universidad
de Buenos Aires).
Se convirtió en un destacado miembro de la Cátedra de
Neurología a cargo de José María Ramos Mejía y en el Servicio de Observación de
Alienados de la Policía de la Capital, del cual llegó a ser su director.
Entre 1902-1913 dirigió los archivos de Psiquiatría y
Criminología y se hizo cargo del Instituto de Criminología de la Penitenciaría
Nacional de Buenos Aires, alternando su trabajo con conferencias en
universidades europeas.
En 1908 ganó la cátedra de Psicología Experimental en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ese año fundó
la Sociedad de Psicología.
En 1909 fue elegido presidente de la Sociedad Médica
Argentina7 y fue nombrado delegado argentino en el Congreso Científico
Internacional celebrado en Buenos Aires. Completó sus estudios científicos en
las universidades de París, Ginebra, Lausana y Heidelberg.
En 1914 José Ingenieros se casó con Eva Rutenberg en Lausana
(Suiza); aunque el noviazgo se había iniciado en Buenos Aires. Del matrimonio
nacieron cuatro hijos, Delia, Amalia, Julio y Cecilia. Su esposa Eva Rutenberg
lo sobrevivió por 30 años, en tanto que su hija menor, Cecilia, falleció en
1995, y la hija mayor, Delia, en 1996.
Sus ensayos sociológicos, El hombre mediocre y ensayos
críticos y políticos, como Al margen de la ciencia, Hacia una moral sin dogmas,
Las fuerzas morales,8 Evolución de las ideas argentinas y Los tiempos nuevos
tuvieron un gran impacto en la enseñanza a nivel universitario en Argentina y
obtuvieron una gran adhesión moral entre la juventud panamericana.
Además de dirigir su periódico bimestral, Seminario de
Filosofía, mezcló su pasión por la ciencia con una ética social acentuada. En
sus múltiples actividades demostró una capacidad y penetración notorias, siendo
considerado un intelectual de peso en su tiempo.
Durante la Reforma universitaria iniciada en 1918 fue
elegido vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras, con amplio apoyo del
movimiento estudiantil.
En 1919 renunció a todos los cargos docentes y hacia 1920
comenzó su etapa de lucha política, participando de manera activa en favor del
grupo progresista Claridad, de tendencia comunista.
En 1922 promovió, como forma de protesta contra el sistema
político imperante en la provincia de Córdoba, la candidatura de un personaje
extravagante, Enrique Badessich, que logró ser elegido diputado provincial; no
obstante, su diploma fue rechazado por la Cámara de Diputados provincial.9 Ese
mismo año propuso la formación de la Unión Panamericana, un organismo de lucha
contra el imperialismo que difundió continentalmente las ideas
antimperialistas.
En 1925, pocos meses antes de su muerte, creó el mensuario
Renovación en contra del imperialismo, firmando con los seudónimos de Julio
Barreda Lynch y de Raúl H. Cisneros.
Al paso del tiempo discrepó con las posturas del socialismo
de Estado y empezó a colaborar con periódicos anarquistas, llegando a ser
abiertamente un simpatizante del anarquismo, varias de sus obras literarias
reflejan este acercamiento. Esto se debió en parte a la influencia de
criminólogo italiano Pietro Gori. Murió el 31 de octubre de 1925, a los 48
años. Ingenieros fue un representante destacado del pensamiento positivista,
sobre todo en sus primeros años. También fue uno de los fundadores del
socialismo en Argentina, aunque no participó orgánicamente en la actividad
partidaria.
Sus aportes al socialismo y a la psicología los basa, además
de sus conociemientos científicos universitarios, en sus conocimientos sobre
ocultismo y teosofía, de la cual fue defensor durante muchos años de su vida,
escribiendo numerosos artículos en revistas teosóficas.2 10 También fue el
fundador, director y animador de la Revista de Filosofía, ciencia, cultura y
educación, la cual se publicó entre 1915 y 1929 en ejemplares bimensuales.11
A partir de la década del '10 comenzó a profundizar una
línea de pensamiento más relacionada con los aspectos morales y políticos,
aspectos ambos que Ingenieros veía íntimamente relacionados, inspirando a la
juventud latinoamericana que realizó la Reforma Universitaria desde 1918 y lo
nombró Maestro de la Juventud de América Latina. Sus desarrollos sobre la
identidad argentina y el antiimperialismo tuvieron gran influencia sobre varias
generaciones del continente. Tomado de wiki
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