La arquitectura colonial de Totora perdura
Pese al terremoto de mayo de 1998, el municipio mantiene su
estilo de antaño que lo hace único en el departamento | Carlos López
Laura Manzaneda
Calles angostas, puentes de piedra, bóvedas subterráneas de
agua, techos de teja, balcones de madera, gruesos muros de adobe, grandes
portones y ventanas de madera talladas son parte de la imagen arquitectónica
que Totora ofrece hoy, a 19 años del terremoto que dañó el 20 por ciento de sus
estructuras.
A diferencia de Aiquile, este municipio del cono sur ha
logrado preservar su arquitectura colonial-republicana en más del 90 por ciento
en el casco viejo.
La preservación de la arquitectura totoreña ha sido posible
porque el terremoto afectó levemente las casas de adobe y teja, a diferencia
del municipio vecino, donde las viviendas sufrieron serios daños y fueron
reconstruidas con estilos más modernos.
La Alcaldía de Totora emitió, hace más de 10 años, una
ordenanza municipal que instruye a los ciudadanos del casco viejo preservar el
estilo republicano en las nuevas construcciones, refacciones y ampliaciones.
Por esa norma, la población realiza obras en su vivienda manteniendo su estilo
antiguo.
“No se puede usar calamina y, en lo posible, debe mantenerse
una arquitectura colonial, en especial en el casco viejo. Esto se ha instruido
porque esa es la característica de Totora, que queremos seguir manteniendo,
porque somos conocidos en todo el país por esa característica”, dijo el
responsable de Catastro del municipio, Grover Daza.
Explicó que muchos vecinos están de acuerdo con ello, pero
hay algunos que a veces quieren infringir la norma.
El terremoto de 1998 también dañó las dos cúpulas de la iglesia
que fue construida en 1788. Las estructuras fueron reparadas con aportes de
Centro de Residentes Totoreños.
“Se recaudaron fondos y lograron refaccionar la iglesia con
estilo republicano, porque la iglesia era un poco más moderna”, informó el
oficial mayor del municipio, Freddy López.
Después del terremoto, las estructuras de dos pisos fueron
seriamente dañadas y desestabilizadas; con las donaciones sólo se logró
rehabilitar el edificio de la Alcaldía y algunas viviendas de la plaza
principal de Totora.
“Sólo se pudo recuperar algunas estructuras de la plaza
principal, lo demás lo hicieron los propietarios, hasta ahora algunas viviendas
siguen así dañadas”, indicó López.
Sin ayuda
La pobladora Cristina Reyes explicó que el terremoto derribó
toda su vivienda y construyó una nueva infraestructura con estilo colonial.
“Nadie nos ha ayudado, la construcción es de ladrillo con balcones, el techo es de teja, hemos tratado
de mantener la infraestructura como nos ha pedido la Alcaldía”, contó.
En cambio, Josefina Rodríguez sólo realizó algunas
refacciones a su vivienda tras el terremoto y vive con varias rajaduras en sus
paredes. “No hemos recibido ningún tipo de ayuda porque en esa época no tenía
papeles, ahora recién los tengo. Hemos reforzado algunas partes para que la
casa pueda resistir”, explicó.
Después del terremoto, algunas personas abandonaron sus
viviendas o las vendieron, pero algunas de estas casas fueron adquiridas
recientemente por terceras personas para reconstruirlas con estilo colonial y
convertirlas en hoteles.
En la arquitectura republicana resaltaban las puertas y
ventanas con dinteles rectos o arcos rebajados. Pese a las huellas del sismo,
la ciudad se encuentra aún adornada por su peculiar belleza con denotación
histórica.
Esta infraestructura está siendo reconstruida después de
haber sido abandonada durante varios años.
Vista de Totora en la que se ven los antiguos techos de teja
y resaltan las construcciones modernas.
Vivienda reconstruida hace cinco años, los propietarios
respetaron el estilo colonial, pero con materiales modernos. TOMADO DE LOS
TIEMPOS DE BOLIVIA
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