Las algas invaden el río Negro y a seis de cada diez vacas y
ovejas de Rincón del Bonete y Baygorria
se les ha detectado un nivel inusual de
toxinas en la sangre. Según una tesis del departamento de Limnología de la
Facultad de Ciencias, el 43% de los productores de la zona admite que algunos
de sus animales han muerto por la contaminación, y es la manifestación más
extrema del exceso de fósforo en la cuenca, que desde 2007 está en valores “muy
por encima” de los permitidos. La ministra de Medio Ambiente, Eneida De León,
reconoció que la cuenca del río Negro, donde se instalará la segunda planta de
UPM, “está contaminada”, al tiempo que los trabajos independientes de la
Facultad de Ciencias revelan que en Palmar, la concentración de fósforo en el
agua quintuplica al límite. La única forma de mitigarlo es a través de una
reducción de la cantidad de sustancias contaminantes que llegan al río y a sus
afluentes, dijo el oceanógrafo Guillermo Chalar.
De acuerdo con la normativa, el río Negro puede registrar hasta
25 microgramos de fósforo por litro de agua, pero en Palmar los niveles oscilan
entre los 124 y 134, en Baygorria está en 83 y en Rincón del Bonete, 91.
La planta actual de UPM sobre el río Uruguay tiene permitido
verter 74 kilos de fósforo por día, que llevado al río Negro --donde el caudal
es más pequeño y por tanto el agua tiende a “estancarse” más-- el nutriente
podría crecer entre 70 y 100 microgramos por litro de agua. El consumo de estas
algas es capaz de matar a una oveja pequeña en tres semanas y a una más crecida
en dos meses. De acuerdo a los científicos, “es probable” que algunas de sus
toxinas queden en las tarariras, peces típicos del río Negro y que se exportan
a Brasil.
Varios poblados de la zona, entre ellos Mercedes,
potabilizan el agua de la cuenca del río Negro, y el aumento de cianobacterias
hace que el proceso de purificación sea cada vez más costoso, explicó Chalar.
Las represas hidroeléctricas sobre el río Negro permiten el
embalse del agua y la concentración de nutrientes, en tanto el crecimiento de
emprendimientos productivos, como la soja, aportan más elementos para la
contaminación. Sin embargo, el vertido de fósforo que hará UPM es solo el final
de un impacto que, según el doctor en Gestión del Agua, Daniel Panario, tiene
su inicio en la forestación de eucaliptos. “Estos árboles demandan mucha agua y
las enormes plantaciones hicieron que haya un 20% menos de agua en las cuencas
asociadas al río Negro y que llegue a un 50% en las épocas de poca lluvia”,
precisó. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE UY
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