A la venta helado hecho con leche de insectos
Fotografía facilitada por Gourmet Grubb que muestra el
helado entomilk. FOTO EFE
EFE | Con una receta todavía secreta, tres jóvenes
sudafricanos han desarrollado una innovadora leche a base de insectos,
bautizada “entomilk”, y buscan derribar aprensiones y descubrir al mundo las
bondades de este nuevo “superalimento” convenciendo primero paladares en su
país en forma de helado.
La compañía se llama Gourmet Grubb, tiene base en Ciudad del
Cabo y, por el momento, su presencia es pequeña: venden en un mercado ecológico
local y buscan ampliar horizontes para el producto a través de cáterin para eventos
y muestras nicho.
El helado se comercializa en tres sabores -mantequilla de
cacahuete, chocolate y chai- y es principalmente una excusa para que la gente
le pierda el miedo a la leche de insecto.
“Usamos el helado para animar a la gente a probarla, porque
una vez que lo prueben y vean que sabe como un helado normal van a estar más
abiertos a aceptarla como una alternativa láctea”, explicó a EFE Leah Bessa,
cofundadora de la empresa y desarrolladora del producto.
El nombre entomilk surge de combinar el inglés “milk”
(leche) y la entomofagia, es decir, la práctica de ingerir insectos.
Junto a Bessa trabajan solo los otros dos cofundadores, Jean
Louwrens (jefe de operaciones) y Llewelyn de Beer (director de mercadotecnia),
y otras dos personas más.
Aún están en proceso de registro de la patente de la receta
y, por ello, guardan con celo los detalles de cómo se hace la entomilk, desde
qué insectos se usan como base hasta cómo consiguen transformarlos en leche.
Es, según cuentan, algo completamente diferente a la “leche
de cucaracha” que se volvió viral hace un par de años, ya que esta es
literalmente extraída de un tipo de cucarachas que producen leche para sus
crías y no hecha a partir de insectos.
Lo que sí pueden contar es que es “cremosa” y que tiene un
sabor “muy neutro”, parecido al de las almendras, según explicó la creadora de
la entomilk.
La venden como un “superalimento” por su alto valor
nutritivo -mucho mayor que el de la leche de vaca tanto en minerales como
calcio y hierro como en proteínas- y tiene ventajas para el medioambiente.
“Los insectos crecen muy rápido, no usan mucho espacio, no
usan mucha agua y no generan tantos gases como la ganadería”, resaltó Bessa.
“Dado que la población mundial está creciendo tenemos que
buscar alternativas alimentarias que sean más sostenibles. Incluso nos estamos
quedando sin suelo para la ganadería”, señaló.
Asimismo, la entomilk puede ser una nueva alternativa para
los intolerantes a la lactosa, cuyo número también crece tanto en Sudáfrica
como en el resto del mundo.
“Básicamente, lo que queremos es volver ‘normales’ los
insectos. Yo le diría a la gente simplemente que pruebe. Tenemos el concepto de
que no están buenos o algo así pero una vez que los comes, especialmente en un
producto como el helado y ves que sabe como un helado normal, todas esas
barreras se caen”, opinó Bessa.
“Es simplemente un producto más y si la gente se educa sobre
sus beneficios y su sabor estará mucho más abierta a incorporarlos a sus dietas
diarias”, recalcó.
La idea de investigar las opciones alimenticias que ofrecen
los insectos surgió mientras Bessa estudiaba un máster, cuatro años atrás, pero
la entomilk no vio propiamente la luz hasta hace un año y medio.
“Estaba muy interesada en la sostenibilidad de la
alimentación. La investigación en insectos realmente destaca en esto: son
buenos para el medioambiente y tienen un perfil muy elevado en cuanto a la
cantidad de nutrientes. Pero el mundo occidental no está acostumbrado a ello”,
comentó Bessa.
Con el derribo de esa barrera social en mente, este año
empezaron a comercializar la entomilk en forma de helado y no descartan sumar
poco a poco otros productos lácteos, como quesos hechos con leche de insecto/
TOMADO DE EL COLOMBIANO
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