sábado, 27 de octubre de 2018

- CUANTO PERDEMOS POR DESAPROVECHAR LOS RESULTADOS CIENTIFICOS ?


¿Cuánto perdemos por desaprovechar resultados científicos?
Nunca como hoy el progreso de la humanidad en cualquier esfera estuvo tan condicionado por la aplicación de avances científicos y tecnologías cada vez más eficaces
Autor: Orfilio Peláez Prototipo de purificador doméstico de agua creado por el IMRE y el Instituto Superior de Diseño Industrial. Foto:Cortesía doctor Gerardo Rodríguez
Nunca como hoy el progreso de la humanidad en cualquier esfera estuvo tan condicionado por la aplicación de avances científicos y tecnologías cada vez más eficaces.
¿De qué forma se puede incrementar la producción de alimentos, desarrollar nuevos fármacos, equipos médicos y medios diagnósticos, crear nuevos materiales para la industria electrónica y las telecomunicaciones, o elevar los rendimientos deportivos, si no es a través de la generación y empleo
de nuevos conocimientos?
Inmersa en vitales transformaciones dirigidas a la actualización del modelo económico-social y a alcanzar con sus propias fuerzas la sostenibilidad del proyecto socialista, Cuba necesita que la ciencia, la tecnología y la innovación lleguen a ser abanderadas de este proceso, aportando más riquezas y contribuyendo a la sustitución de importaciones y a la diversificación de los rubros exportables.  
Sin embargo, y con la excepción de lo ocurrido en las entidades del antiguo Polo Científico del Oeste de la capital (agrupadas hoy en BioCubaFarma), en buena parte del resto de la actividad científica nacional la generalización de resultados validados no ha navegado con igual efectividad y son muchos los que han engrosado la lista de los «engavetados» u olvidados.
Las causas van desde la falta del financiamiento requerido para desarrollar e introducir un producto, hasta la ausencia del necesario acercamiento entre las entidades investigativas y el sector empresarial y productivo. Así ha sucedido en centros científicos pertenecientes al Ministerio de Educación Superior, sobre todo de la Universidad de La Habana (UH).
Tampoco puede pasarse por alto cierta subestimación a los logros obtenidos fuera del área de la biotecnología, de ahí que no pocas veces se prefiera acudir al mercado internacional para adquirir lo que realmente puede hacerse en el país con la calidad requerida.
Resulta oportuno mencionar el ejemplo de los sistemas de purificación de agua ZZ para consumo humano y animal, basados en la zeolita natural purificada y modificada con sales de zinc, abordado en esta página por primera vez en el 2010 y posteriormente en el 2013.
Desarrollado por especialistas del Instituto de Ciencia y Tecnologías de Materiales (IMRE) de la Universidad de La Habana, encabezados por el Doctor en Ciencias Gerardo Rodríguez Fuentes, miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba, este producto obtuvo su registro sanitario en 1999 y las pruebas de validación tuvieron lugar en instituciones de reconocido prestigio, como el Instituto Finlay y el de Medicina Tropical Pedro Kourí.
El novedoso sistema demostró ser un potente microbicida de amplio espectro, capaz de eliminar las pseudomonas, shigella, salmonellas, escherichia coli, vibrio cholerae, giardias y muchos más microorganismos.
Dicha tecnología no solo garantiza la máxima calidad del agua desde el punto de vista microbiológico, sino que también puede ser una alternativa viable a la acción de hervirla, tributando al ahorro de energía eléctrica. Constituye, además, una solución de bajo costo factible de utilizar en la prevención de enfermedades vinculadas a la contaminación de las fuentes de abasto en lugares apartados y en aquellos asolados por desastres naturales y conflictos bélicos.
Tomando en cuenta esa condición, el IMRE creó junto con el Instituto Superior de Diseño Industrial, un prototipo de jarra doméstica para purificar el agua, en el cual el líquido comienza a ser filtrado en el momento de llenar el depósito directamente de la pila.
Con fecha posterior y utilizando la propia zeolita natural concebida por el doctor Rodríguez Fuentes, la empresa Inpud de Villa Clara elaboró el equipo denominado Filtro-Purificador ZZ.
Después de una larga espera que rebasa ya los 19 años, el resultado sigue sin generalizarse y el país importa los filtros de agua de procedencia coreana que se ofertan en las tiendas de divisas.
Lo sucedido pone de manifiesto la carencia de mecanismos organizativos y de estimulación que favorezcan la rápida aplicación de los resultados de la ciencia y la innovación y de cómo el sector productivo y de servicios no se nutre aún en buena medida de lo creado en las universidades cubanas.
Algo similar ocurre con las tabletas antidiarreicas para adultos Enterex, primer medicamento elaborado a partir de la zeolita natural registrado en el mundo en su momento, y obtenido igualmente en el IMRE, en colaboración con los Institutos de Gastroenterología y el de Farmacia y los Alimentos.
Quizá lo más llamativo es que se trataba de un proyecto del Ministerio de Salud Pública y la Imefa lo produjo y comercializó en la red de farmacias del país entre 1996 y el 2000.
Pese a su comprobada efectividad en el tratamiento de las diarreas, dejó de fabricarse y las causas de tal decisión aún son desconocidas por quienes laboraron en su desarrollo.
Otros fármacos elaborados en el IMRE mediante el uso de la zeolita natural purificada y modificada tuvieron un destino parecido. Baste citar el antiácido Neutacid, la Colestina para reducir el colesterol y la crema dérmica contra las escaras. Entre los aportes vinculados con la agricultura, resalta la prolongada demora en extender la aplicación de los sustratos Nerea, que reducen el empleo de fertilizantes químicos en diferentes cultivos, sin afectar los rendimientos.
Urge entonces rescatar y aprovechar tan fundamentado caudal de conocimientos. No hay tiempo para más dilaciones.
// TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA

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