sábado, 20 de octubre de 2018

NUEVAS FORMAS DE MEDIR LA POBREZA ACLARAN LOS DESAFÍOS FUTUROS


Hacer más de lo esperado para poner fin a la pobreza. Nuevas formas de medir la pobreza aclaran los
desafíos futuros
La lucha para poner fin a la pobreza extrema revela una dicotomía en desarrollo. Por un lado, la pobreza extrema continúa siendo persistente en algunos lugares del mundo, mientras que en otros ha llegado a ser ínfima o inexistente. En alrededor de la mitad de los países del mundo, menos del 3 % de la población vive con menos de USD 1,90 al día, pero eso no significa que ya finalizó la lucha para erradicar la pobreza en esos países.
Reconociendo esta divergencia, un nuevo informe del Banco Mundial titulado Poverty and Shared Prosperity 2018: Piecing Together the Poverty Puzzle (La pobreza y la prosperidad compartida 2018: Armando el rompecabezas de la pobreza) permite una mayor comprensión de la pobreza. Incorpora nuevas herramientas y medidas que ayudarán a los países a identificar mejor a las poblaciones pobres y a implementar las políticas apropiadas para desarrollar el capital humano y mejorar las condiciones de vida. 
Entre 1990 y 2015, más de 1000 millones de personas lograron salir de la pobreza extrema, y actualmente la tasa mundial de pobreza es la más baja de que se tenga registro. En 1990, casi el 36 % de la población mundial vivía con menos de USD 1,90 al día, pero este número había bajado a una nueva tasa mínima de 10 %. Pronósticos preliminares indican que la pobreza extrema mundial ha disminuido al 8,6 % en 2018, superando la meta provisional del 9 % prevista para 2020.
Una gran parte de esta disminución se debe al crecimiento impresionante de Asia, en particular de China e India. Si bien la pobreza sigue bajando en el mundo, surgen algunas inquietudes debido a que el ritmo de disminución de las tasas es más lento. Si esta tendencia continúa, podría amenazar el logro del objetivo de poner fin a la pobreza extrema para 2030. 
Eso se debe a que la pobreza se ha arraigado más en ciertas partes del mundo, sobre todo en África al sur del Sahara y en países afectados por conflictos. El número total de pobres en África al sur del Sahara ha aumentado. En 2015, vivía más gente extremadamente pobre en esa región que en todo el resto del planeta. Los pronósticos sugieren que, en 2030, casi 9 de cada 10 personas en situación de pobreza extrema vivirán en África al sur del Sahara y que la tasa de pobreza seguirá siendo de dos dígitos.
“Si bien los resultados en la reducción de la pobreza han sido asombrosos, no podemos dormirnos en los laureles del pasado”, dijo Carolina Sánchez-Páramo, directora superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza y Promoción de la Equidad del Banco Mundial. “Las proyecciones actuales presentan un panorama muy desalentador, pero realista acerca de las probabilidades de poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030. Eso significa que debemos renovar nuestra atención en África, y seguir haciendo las cosas como hasta ahora no será suficiente para alcanzar nuestro objetivo. Tenemos que invertir en las personas y asegurar que el crecimiento sea inclusivo, poniendo un mayor énfasis en el aumento de la capacidad productiva de los pobres”.
Estándares más altos para un mundo en crecimiento
Además de la línea internacional de pobreza fijada en USD 1,90, el Banco Mundial entrega ahora información sobre dos líneas de pobreza más elevadas: USD 3,20 y USD 5,50 al día. Estas líneas —que son líneas nacionales de pobreza típicas entre los países de ingreso mediano bajo y mediano alto, respectivamente—, se diseñan para complementar, no reemplazar, la línea internacional de pobreza de USD 1,90. Datos indican que los rápidos avances en materia de pobreza extrema no se han correspondido con las reducciones en el número de personas que viven con esos mayores niveles de ingreso. En 2015, más de una cuarta parte de la población mundial sobrevivía con USD 3,20 al día y aproximadamente la mitad de la población del mundo vivía con menos de USD 5,50 al día.
Por ejemplo, Kalu Ram y Kherun Nisha viven en Jaipur, India, donde el ingreso medio es inferior a USD 3,20 al día. Este matrimonio es dueño de una tienda de aperitivos fritos picantes. Desde que abrieron el negocio con la ayuda de un préstamo proporcionado por una empresa cliente de IFC, sus ingresos se han duplicado. Las familias con este nivel de ingreso habitan en viviendas construidas con piedras o ladrillos y que tienen techos de concreto, piedras o tejas. En el interior, las viviendas cuentan con piso de concreto o baldosas, y es probable que tengan electricidad y grifos de agua.
Kalu Ram y Kherun Nisha. © Iwan Bagus/IFC
De manera similar, a medida que los países crecen, cambian las definiciones de las necesidades básicas. Por ejemplo, una persona en un país pobre quizás solo necesite ropa y alimentos para participar en el mercado laboral, pero en economías más ricas una persona tal vez necesite también acceso a internet, un automóvil y un teléfono móvil. Para monitorear esto, el Banco Mundial incorporó una línea de pobreza en el contexto de una sociedad que se basa en el nivel de consumo o de ingreso típico de cada país.Según este criterio, en 2015, 2100 millones de personas eran pobres en relación con sus sociedades, es decir una cantidad tres veces mayor que las personas en situación de pobreza extrema. 
“El Grupo Banco Mundial seguirá canalizando sus esfuerzos para sacar a las personas de la pobreza extrema, y el límite de USD 1,90 continuará siendo el parámetro en el seguimiento de este progreso”, dijo Haishan Fu, directora del Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo del Banco Mundial. “El éxito en la reducción de la pobreza extrema en diferentes partes del mundo nos ha permitido adoptar un enfoque más amplio para evaluar si las personas que salen de la pobreza extrema están logrando un nivel básico de bienestar en las sociedades donde viven”.
Más allá de la pobreza monetaria
El seguimiento de las privaciones monetarias no proporciona por sí mismo un panorama completo de este bienestar básico. Algunas personas quizás no son pobres sobre la base de patrones monetarios, pero aún así sienten los efectos de la pobreza si carecen de acceso a necesidades básicas, tales como atención de salud, agua potable y educación.
El Banco Mundial concibió una medida multidimensional que analiza múltiples privaciones, combinando el consumo o el ingreso con medidas de la educación y el acceso a servicios de infraestructura básicos, como electricidad, agua y saneamiento. La nueva forma de medir la pobreza muestra que la pobreza podría ser más generalizada y estar más arraigada de lo que se pensaba. En una muestra de 119 países para los años cercanos a 2013, solo 1 de cada 8 personas es pobre en términos monetarios, pero 1 de cada 5 tiene también privaciones en al menos otra dimensión, careciendo de educación o instalaciones de saneamiento.
Pobreza dento del hogar
Por último, las personas experimentan la pobreza de manera diferente incluso dentro del mismo hogar. Con las medidas tradicionales no se han podido detectar las variaciones porque las encuestas se limitan al nivel de los hogares. Para medir cómo los individuos experimentan la pobreza es necesario considerar de qué manera se comparten los recursos entre los miembros de la familia. Si bien los datos disponibles son escasos, existe evidencia de que la pobreza afecta de manera desproporcionada a las mujeres y los niños en numerosos países, pero no en todos. Sin embargo, se necesitan más estudios que ayuden a conocer los patrones de consumo de los individuos para que los Gobiernos puedan implementar políticas, particularmente relacionadas con la participación de las mujeres en la fuerza laboral y el desarrollo en la primera infancia, para superar las desigualdades dentro de los hogares.
Aunque la lucha para acabar con la pobreza extrema evidentemente no ha finalizado, la gran mayoría de los pobres vive en países de ingreso mediano en los que la medición de la pobreza extrema brinda solo un panorama parcial. Para poner fin a la pobreza en esos países, es necesario ampliar el enfoque, analizar las privaciones en múltiples dimensiones y reconocer la mayor complejidad inherente al concepto de pobreza en todo el mundo.
“Con este informe, el Banco Mundial amplía de manera significativa su perspectiva institucional sobre la pobreza y, al mismo tiempo, mantiene firmemente el enfoque esencial en la pobreza monetaria extrema bajo USD 1,90 al día”, dijo Francisco Ferreira, asesor superior del Grupo de Investigaciones sobre el Desarrollo del Banco Mundial. “Esta mayor amplitud y énfasis surge del reconocimiento de que la pobreza es un concepto complejo, multidimensional y socialmente determinado, y se combina con la decisión de que las privaciones más serias deben ser afrontadas primero, sobre todo en África”.  Tomado d e envio de banco mundial


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