Una secundaria lleva el nombre del investigador que denunció
los efectos del glifosato
Carrasco, un científico que hizo escuela
La Escuela Secundaria 5 de Saladillo fue bautizada en honor
al investigador que en 2009 alertó sobre las consecuencias letales del
herbicida. Andrés Carrasco murió en el año 2014. Por Darío Aranda
El acto en el que se impuso el nombre de Andrés Carrasco.
La Escuela Secundaria 5 de Saladillo, en la provincia de
Buenos Aires, fue bautizada con el
nombre de Andrés Carrasco, en honor al científico que en 2009 denunció los
efectos letales del herbicida glifosato y que le implicó una campaña de
desprestigio por parte de empresas del agronegocio, medios de comunicación y
del ministro de Ciencia, Lino Barañao. Carrasco, fallecido en 2014, cuestionó
también a la ciencia hegemónica, al servicio del sector empresario y alejada de
las necesidades del pueblo. El nombre fue elegido por votación de la comunidad
educativa.
Un nombre convertido
en bandera
La Escuela Secundaria 5 está ubicada en uno de los extremos
de la ciudad, frente a campos que supieron ser de soja y fumigados con
agrotóxicos. En 2016 asumió la dirección Luis Fernández y comenzó un proceso de
búsqueda de identidad de la escuela en diálogo con docentes, alumnos y padres.
Elegir un nombre fue parte de esa búsqueda.
En agosto de 2016 se presentó la terna René Favaloro, Luis
Alberto Spinetta y Andrés Carrasco (propuesto por la organización
socioambiental Ecos de Saladillo). El 9 de septiembre se votó. Carrasco obtuvo
99 votos, Favaloro 59 y Spinetta 31.
Desde la Dirección de Educación provincial se advirtió que,
por ley, debía llevar más de diez años de fallecido. Las autoridades de la
escuela justificaron que fue elegido democráticamente y que Carrasco fue un
emblema de la “ciencia digna”, en contraposición de los académicos que trabajan
para las grandes corporaciones.
Dos años llevó el trámite y finalmente fue aprobado en la
resolución 250/2018 de la Dirección General de Cultura y Educación. En junio
pasado fue la celebración en el patio de la escuela. Allí estuvieron alumnos,
padres, autoridades municipales, familiares de Carrasco y organizaciones
socioambientales.
“Andrés Carrasco sembró semillas de libertad”, resumió el
director, Luis Fernández. La escuela también cuenta con una huerta orgánica que
incluye el trabajo de diversos docentes. El de matemáticas propuso los
perímetros de siembra en base a cuadros, círculos y triángulos. Los de
geografía e historia trabajaron acerca de la soberanía alimentaria y la
historia de los pueblos. Los de práctica de lenguaje e inglés, junto al de
plástica, abordaron la construcción de conocimientos y saberes respecto a los
alimentos.
En 2016 la escuela tenía poco más de 100 estudiantes y ahora
cuenta con 210 alumnos. Participó con un corto documental en el último Festival
de Cine Ambiental, tiene integración con la escuela especial (asisten chicos
hipoacúsicos) y fue sede del último encuentro de pueblos fumigados de Buenos
Aires. En todo el proceso contó con el apoyo de la inspectora escolar Cecilia
Bustamente.
Andrés Carrasco fue director del Laboratorio de Embriología
Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA, docente de la misma universidad
y presidente del Conicet, mayor ámbito de ciencia de Argentina. Fue parte de la
élite científica desde la década del 80 y hasta 2009, cuando publicó en este
diario su investigación sobre glifosato.
“No descubrí nada
nuevo. Digo lo mismo que las familias que son fumigadas, sólo que lo confirmé
en un laboratorio”, explicó.
Nunca un científico de su talla se había expedido sobre el
herbicida pilar del modelo transgénico. Casafe (la cámara que nuclea a las
grandes empresas transgénicas) llegó hasta el laboratorio de la UBA y, amenazas
mediante, exigió el estudio. Algunos medios comenzaron una campaña de
difamación sobre Carrasco. El ministro de Ciencia, Lino Barañao, siguió la
misma línea y minimizó la investigación de Carrasco. “Son hipócritas, cipayos
de las corporaciones, pero tienen miedo. Saben que no pueden tapar el sol con
la mano. Hay pruebas científicas y, sobre todo, hay centenares de pueblos que
son la prueba viva de la emergencia sanitaria”, respondió Carrasco.
El director de la escuela, Luis Fernández, celebró que en
diciembre de 2018 egresarán los primeros alumnos de la Escuela Andrés Carrasco.
Y recordó emocionado el stencil escolar que se hizo canción en los encuentros
de pueblos fumigados: “Se siente, se siente, Carrasco está presente”. // TOMADO
DE EL PAGINA 12 DE AR
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