El agua de las
entrañas de la tierra: ‘oro’ líquido
Edgardo, Luz Maryory y su hija Isabella observan el agua que
comienza a brotar del pozo, en su finca de la vereda La Quiebra en Rionegro,
Oriente de Antioquia. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
POR DANIELA JIMÉNEZ GONZÁLEZ |
Las aguas subterráneas del departamento son recursos
estratégicos y, ante la escasez de las aguas superficiales por efectos del
cambio climático, los acuíferos serán la alternativa.
Cuando Luz Maryory Correa asoma su cabeza al interior del
pozo, una perforación 14 metros bajo tierra, puede ver el agua aflorar desde
las profundidades de los sistemas acuíferos localizados bajo la superficie de
la tierra. De allí sale el líquido que va directamente al grifo de su casa,
ubicada en la vereda La Quiebra del municipio de Rionegro, Oriente antioqueño.
Su familia lo consume, sin ningún tratamiento, y le da usos domésticos.
Usted puede no saberlo, pero bajo el suelo existen
reservorios de agua subterránea que resultan fundamentales en las épocas de
sequía o en sectores con problemas de abastecimiento. De acuerdo con la
Organización de Naciones Unidas y la Unesco, estos sistemas proveen de agua al
50% de la población mundial, unas 2.500 millones de personas que los utilizan
para satisfacer sus necesidades. En Medellín, incluso, algunos lavaderos de
carros hacen uso de pozos para extraer agua y reducir los costos.
Por esto, hace 1o años que la familia de Luz Maryory decidió
construir el pozo, como una forma de garantizar el agua en su casa cuando, en
su momento, el acueducto veredal no tenía capacidad para más suscriptores.
Esa ha sido la salvación en los días de verano, cuando los
vecinos de las propiedades aledañas se quedan sin agua por las reservas
diezmadas del acueducto. Hasta 40 mil litros de agua, dice Luz Maryory, puede
producir el pozo cada día, lo que equivale a tener a disposición dos
carrotanques de 20.000 litros.
El caso de Luz Maryory se replica en muchos lugares de
Antioquia (ver gráfico), donde es común la construcción de pozos y aljibes para
extraer el agua del subsuelo, ante la imposibilidad o dificultad para
conectarse a un acueducto.
Y es que el potencial acuífero del departamento también lo
facilita. El Ideam tiene identificado siete de esos sistemas en la región: en
el Golfo de Urabá, el Valle Medio del Magdalena, el Valle de Aburrá, Santa Fe
de Antioquia, el Bajo Cauca, el Valle de San Nicolás y La Unión y el sistema de
La Pintada – Valparaíso, que juntos suman aproximadamente 24.239 kilómetros
cuadrados de área superficial. Este recurso, estudiado por su valor para el
abastecimiento, también enfrenta amenazas de contaminación y sobrexplotación.
Riesgos latentes
Daniela Blessent, profesora del grupo de Investigación en
Calidad del Agua y Modelación Hídrica de la Universidad de Medellín, explica
que un sistema acuífero es como una esponja: un reservorio subterráneo en donde
el agua se almacena en los poros de las rocas. ¿Y cómo llega el agua hasta ahí
abajo? El agua subterránea, agrega Blessent, impregna los acuíferos a través de
diferentes procesos de recarga natural. Puede ser por la infiltración de la
lluvia en el suelo, la presencia de los ríos u otros cuerpos hídricos
superficiales, así como acuíferos que proveen a otros más profundos.
Juan David Ramírez Soto, subdirector de Gestión Ambiental de
Corantioquia, manifestó que en la jurisdicción de la corporación se encuentran
los del Bajo Cauca, el del Magdalena Medio, el sistema del Occidente antioqueño
y el acuífero del Valle del Aburrá, en comisión conjunta con el Área
Metropolitana y Cornare.
Corantioquia ha invertido 2.365 millones de pesos en la
formulación de planes de manejo ambiental de acuíferos y acciones de
conservación, con el fin de evitar que en estas zonas se establezcan
construcciones irregulares o se descarguen agentes contaminantes o residuos del
sector industrial.
“Hoy, en estos sistemas acuíferos existen más de 3.000
puntos de captación (pozos o aljibes), para consumo doméstico o industrial”,
indicó Ramírez.
La intervención urbanística acelerada genera impactos
negativos sobre las aguas subterráneas y, según el subdirector, la ocupación
descontrolada dificulta la filtración del agua hacia el subsuelo, lo que se
traduciría en la escasez del recurso. Otro de los riesgos descritos por Ramírez
se encuentra en los vertimientos que llegan a través de los cuerpos hídricos
superficiales, como ríos, lagos o lagunas.
Y Blessent le añade: la sobrexplotación de los acuíferos,
por medio de pozos o aljibes, puede generar que se extraiga más agua de la que
se recarga naturalmente.
Indispensable en el
Urabá
Vanessa Paredes Zúñiga, directora general de Corpourabá,
expresó que el uso del agua subterránea para la región del Urabá antioqueño es
de vital importancia, dado que es la base para el suministro de la población y
el sector productivo.
Según los estudios de la corporación, el acuífero del Golfo
de Urabá constituye fuente de abastecimiento de 30 comunidades rurales y de las
cabeceras urbanas de los municipios de Turbo, Carepa y Chigorodó. El 95 % de la
actividad bananera (es decir, aproximadamente 450 fincas), se abastece de pozos
profundos.
Para garantizar que este recurso hídrico se conserve en
calidad y cantidad, la directora de Corpourabá puntualizó en que, desde 1994,
esta autoridad ambiental ha investigado el acuífero del Golfo de Urabá a través
del desarrollo de proyectos de hidrogeología y una red de control que cuenta
con 44 piezómetros (o pozos exclusivos para el monitoreo).
En 2016 se formuló el plan de manejo integral y se creó la
Mesa de Trabajo del acuífero del Golfo de Urabá, en la que participan actores
del sector comunitario, público, educativo, productivo, comercial y servicios.
Allí buscan delimitar y categorizar las zonas de recarga del acuífero y
acompañar a las comunidades en el proceso de legalización de captaciones de
agua subterránea.
Estudios detallados
El Área Metropolitana (Amva), por su parte, informó que el
Valle de Aburrá ha realizado, desde 2011, el monitoreo y seguimiento de este
recurso a través del proyecto RedRío. El estudio del agua subterránea, liderado
por el Amva en convenio con instituciones de educación superior, les permitió
establecer que existen 100 captaciones de agua subterránea distribuidas en la
cuenca, desde las cuales los usuarios extraen el recurso para distintas
actividades.
Estos puntos que componen la red de monitoreo del agua
subterránea, representadas entre aljibes y pozos activos e inactivos, componen
el 10% de las captaciones que, se estima, podrían existir en el territorio,
algunas de ellas aún sin reportar.
Gloria Offir Iral Zapata, coordinadora de recurso hídrico de
Cornare, expresó que la entidad realizó un inventario para identificar los
acuíferos del Valle de San Nicolás y de La Unión.
De allí, dice Offir Iral, los resultados de los estudios
revelaron que, si bien existe una gran reserva de aguas subterráneas en su
jurisdicción, presenta alta vulnerabilidad porque el acuífero está a un nivel
muy superficial.
Partiendo de esa necesidad, establecieron un primer acuerdo
(por parte del consejo directivo de Cornare) para reglamentar el uso de los acuíferos
y protegerlos, legalizar a quienes ya tenían aprovechamiento de aguas
subterráneas y establecer el procedimiento a seguir para las personas que
quisieran utilizar el recurso a largo plazo.
Allí está el futuro
Para Daniela Blessent es determinante continuar con mayores
estudios de la calidad de las reservas de aguas subterráneas, con el objetivo
de definir si pueden aprovecharse nuevas fuentes para uso potable, uso
doméstico o en la agricultura.
“El problema es que son de difícil acceso o, si son acuíferos
superficiales, se ven afectados por el proceso de contaminación. Hay que
averiguar cuál es la calidad de esa reserva”, agregó la investigadora.
El potencial es, sobre todo, a largo plazo. Ramírez dice
que, con los cambios climáticos y el Fenómeno del Niño, numerosas poblaciones
asegurarán su abastecimiento en los sistemas acuíferos. “Esto es porque son
almacenamientos de agua de grandes magnitudes y no están expuestos directamente
a los efectos de la intervención, como sí sucede en las aguas superficiales”.
La tecnología también va ganando terreno en la extracción de
aguas subterráneas y Ramírez añade que ya existen concretos semipermeables que
permiten la infiltración del agua y evitan la impermeabilización en zonas de
recarga.
Recuperar lo ancestral
Un pozo sobrevive desde hace décadas en el sector de La
Maquea del municipio de Santa Fe de Antioquia.
Brayam Guzmán, habitante del barrio, cuenta que el pozo,
ahora inactivo, fue utilizado desde los inicios del caserío por la comunidad
para tareas del hogar. Ahora quieren reactivarlo, para que los habitantes
puedan obtener el agua y aprovecharla en sus tareas domésticas u oficios
varios.
La comunidad invertirá $2’500.000 en su adecuación y
reparación, pero, ante todo, busca que sea un espacio de encuentro rodeado de
árboles ornamentales en donde se puedan reavivar las épocas en las que el agua
con las que regaban las plantas o lavaban las prendas provenía del fondo de la
tierra .
EXISTE UN COMPROMISO CON LOS ACUÍFEROS
Con el fin de identificar el potencial hídricodel
departamento, la Gobernación de Antioquia realizó en asocio con la Fundación
EPM el estudio “Antioquia: un territorio para proteger. Actualización y
monitoreo del estado del recurso hídrico”. Yanneth Bibiana Daza, coordinadora
de proyectos de gestión del recurso hídrico, explicó que en este trabajo
compilaron investigaciones de diferentes universidad y autoridades ambientales.
Agregó que en los planes de manejo ambiental de los sistemas acuíferos
evaluados, se evidenció el compromiso de las autoridades ambientales
responsables del recurso, quienes reconocen las agus subterráneas como
ecosistemas estratégicos. //
POR DANIELA GIMENEZ GONZALES //TOMADO DE EL COLOMBIANO
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