Un lugar para ver
aves: Tablas Monte, un santuario de 100 especies bellísimas
Cochabamba
La Cyanolyca viridicyanus, conocida como chara andina, es un
ave de plumaje azul que vive en los yungas cochabambinos. | DANIEL JAMES
Diglossa mystacalis, de nombre común picaflor bigotudo. | DANIEL JAMES
Trepamusgos barba blanca andino. | DANIEL JAMES
Egretta thula, también conocida como garceta nívea. | DANIEL
JAMES
Ochthoeca rufipectoralis, llamada pitajo perrichufo. |
DANIEL JAMES
Pharomachrus antisianus o quetzal crestado. | DANIEL JAMES
Riesgo. Bolivia cuenta con 1.435 especies de aves, pero
siete están en peligro crítico, 10 en peligro y 40 son vulnerables. El
principal problema es la destrucción de su hábitat | DANIEL JAMES
Lorena Amurrio Montes
El sol comienza a salir en Tablas Monte, a 83 kilómetros de
Cochabamba, camino a Santa Cruz. El canto de las aves se escucha cada vez más
fuerte conforme se va entrando hacía las montañas selváticas. Mientras, los
primeros ejemplares empiezan a volar en busca de comida.
El clima es húmedo y frío, propio de los Yungas. Los árboles
son altos y todo es absolutamente verde. Se pueden encontrar algunas vertientes
de agua o escorrentías.
El lugar es ideal para el avistamiento de aves. Según el
ornitólogo Dennis Camacho, Tablas Monte aún mantiene las condiciones del
hábitat para que puedan vivir, pero se encuentra en permanente amenaza.
Sólo en este sector se pueden llegar a ver entre 80 y 100
especies en un mismo día. Para esto es necesario mantener los oídos alerta, los
ojos abiertos y practicar.
Camacho explica la importancia de identificar los cantos.
Cada ave tiene un sonido específico que le sirve para comunicarse y
distinguirse en el reino animal.
“Cuanto más pequeña es el ave, más estridente es su sonido.
Las que son grandes tienen cantos más graves y en algunos casos casi ni tienen
sonido”, indicó Camacho.
Una vez que se percibe el canto es a fácil encontrar al ave,
que puede estar posada en una rama. Al hacerlo, el espectáculo se vuelve
visual.
Los colores son brillantes y vivos. El plumaje varía entre
rojo, amarillo, verde, azul y combinaciones que sorprenden, en especial a quien
no tiene experiencia en ornitología.
En el camino también se ven bandadas mixtas. Se trata de
grupos de aves de diferentes especies que se acompañan en la búsqueda de comida
y también se desplazan juntas.
Algunas aves se alimentan de frutas, otras, de insectos y
otro grupo, de néctar de flores. También existen las carroñeras, cuyo alimento
son los cadáveres de animales, y se distinguen por tener la cabeza sin plumas.
“Las aves son importantes para el ecosistema. Ayudan en el
control de plagas, dispersan semillas y eliminan cadáveres que pueden resultar
un riesgo a la salud o el entorno. Básicamente, sin aves no se tendría tampoco
el hábitat”, explicó el especialista.
En Bolivia se tienen registradas 1.435 especies de aves, lo
que coloca al país en el sexto lugar con mayor diversidad en el mundo.
Sin embargo, según el “Libro rojo de biodiversidad en
Bolivia”, se tienen siete especies en peligro crítico de desaparecer, es una
categoría roja de alerta.
Otras 10 están en la categoría amarilla de peligro y 40 son
consideradas vulnerables. Según Camacho, es notable la disminución en cuanto a
cantidad por especie.
Esta situación se debe principalmente a la pérdida de su
hábitat, constantemente amenazado por el hombre. La construcción de
hidroeléctricas, el chaqueo y otras actividades llevaron a la depredación de
bosque.
Durante el recorrido para el avistamiento, se encontraron
caminos recientemente abiertos, así como áreas donde se talaron los árboles o
se quemaron.
Esta situación es más evidente en el Parque Nacional Tunari.
Esta área protegida es considerada como la segunda mejor en Cochabamba para ver
aves, pero los constantes incendios y daños al ecosistema provocaron que varias
aves tuvieran que buscar otros hábitats.
De igual modo, otros lugares para avistamiento de aves son
las lagunas como Cotapachi, Albarrancho, Alalay. También el cono sur —donde
habita la paraba frente roja—, el parque Carrasco y el Tipnis.
En la actualidad, la Gobernación cuenta con un Programa de
Biodiversidad (ProBio), que trabaja en la preservación de estas especies. El
trabajo busca concientizar a las comunidades que conviven con los animales en
riesgo y que se conviertan en los protectores de estas aves y animales.
Pero el trabajo es demasiado grande en el departamento
debido a que el principal problema son la desinformación y la desaparición de
espacios naturales.
1.435 especies en Bolivia
a esto se suma que el país es la parada de aves migratorias
que viajan escapando del frío del norte o sur del continente.
Pyrrhomyias cinnamomeus o birro chico.
DANIEL JAMES
Migratorias toman un descanso en las lagunas
Cochabamba y Bolivia también reciben un sinfín de aves migratorias.
Llegan casi durante todo el año, principalmente a las lagunas en busca de agua,
áreas de anidamiento y descanso.
En esta época del año, arriban las migrantes boreales. Se
trata de aves que se encontraban al norte del continente, en Estados Unidos o
Canadá, pero, debido al cambio de estación a otoño, muchas deciden volar al
sur.
La laguna de Corani es la predilecta para muchas aves. El
ambiente frío pero húmedo las invita a hacer sus nidos. Además, encuentran
alimentos que les permiten subsistir.
Ver a las aves denominadas playeras abrir sus alas sobre el
espejo de agua es un espectáculo de la naturaleza.
Según el ornitólogo Dennis Camacho, la contaminación de las
lagunas y la pérdida de éstas suponen un alto peligro para estas aves, debido a
que deben volar más para buscar alimento y muchas mueren en el camino. //
TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario