Aprendé a reciclar: ¿Qué onda con el plástico?
La versión biodegradable de este material ya está entre
nosotros, sin embargo, todavía no se usa tanto como quisiéramos. Te contamos
por qué.
Por Inés Pujana |
A las personas que se esfuerzan en cuidar el planeta, la
palabra "plástico" las remite al enemigo. Y no es para menos: la acumulación
de envases plásticosse convirtió en una catástrofe ecológica. Sin
embargo, si lo pensamos un poco, llegamos a una conclusión incómoda: el
plástico es útil, muy útil, y nos rodea porque nos da soluciones a gran escala y a muy bajo precio. Por
eso, la idea no es eliminarlo sino convertirlo en una opción más ecofriendly o biodegradable, algo en lo que
trabajan desde hace décadas científicos de todo el mundo. La buena noticia es que
lo lograron. La mala: que no se usa tanto. La pregunta del millón: ¿por qué?
¿QUÉ SON LOS PLÁSTICOS BIODEGRADABLES?
Que un material sea biodegradable quiere decir que sus
componentes pueden ser comidos por organismos vivos, como los hongos y las
bacterias. El plástico está compuesto por carbono, que proviene de distintas
fuentes: del petróleo que sacamos de lo más profundo de la tierra o de los
almidones y azúcares de las plantas. Ese es el origen de la mayoría de los
plásticos (los biodegradables y los que no lo son), pero eso sí, hay que
aclarar: que un plástico se haga con petróleo no quiere decir que no sea
biodegradable, de la misma manera que el hecho de que se haga con plantas no
quiere decir que lo sea. La diferencia está en los aditivos que se agregan al
plástico para que tenga distintas propiedades. Esos componentes se pueden
combinar de tal manera que sean enteramente biodegradables y así lograr una
solución ecológica a muchos problemas derivados del plástico.
¿SIRVEN PARA TODO?
Para poder reemplazar la totalidad de los plásticos
existentes por opciones biodegradables, estas deberían tener las mismas
propiedades físicas y químicas que tienen los distintos tipos de plástico que
se usan alrededor del mundo. Esto es: los plásticos se fabrican según el
contenido que van a llevar adentro y no es igual el que se usa para construir
un avión que el que tiene el tupper de tu casa. Lo que jamás puede pasar es que
un producto se desintegre antes de cumplir el fin para el que fue hecho. Ahí
está el problema: los plásticos biodegradables no pueden reemplazar la
totalidad de los plásticos convencionales, pero sí algunos. Por ejemplo: en
Noruega y Alemania los usan en los empaques de las verduras o en las botellas
de jugos exprimidos. ¿Por qué acá no? La cuestión de su reciclaje es lo que
frena su avance.
¿CÓMO SE RECICLAN?
Los plásticos biodegradables no se reciclan como el resto de
los plásticos. La mayoría necesita de un proceso especial para descomponerse:
tienen que tirarse dentro de un compost industrial orgánico, en donde
finalmente se degradan cuando el sustrato llega a los 50° de temperatura. Es
decir, para que estos bioplásticos sean correctamente tratados, habría que
poner en marcha una red de tratamiento de los residuos orgánicos hogareños,
algo muy costoso y que en nuestro país no existe. De hecho, hoy los orgánicos
van a parar a una mezcla junto con muchos plásticos que no se pudieron recoger
para su correcto reciclado. Si ya reciclar los plásticos convencionales es
complejo, imaginate lo que sería recolectar los bioplásticos. Muy difícil que
suceda en el corto plazo.
¿HAY LEYES?
El orden, la previsión y la existencia de una regulación con
respecto al uso de los plásticos posibilitaría las cosas: por ejemplo, una ley
de envases que diga qué tipo de packaging (ecológico o no) debería llevar cada
tipo de producto o alimento según sus necesidades y que obligue a identificar
de qué está hecha cada botella, pañal, etc. En la Unión Europea existe desde
2005 una norma que certifica los envases hechos con plásticos compostables, lo
que permite que los consumidores los distingan y que la separación de residuos
ocurra. Esta clase de iniciativas, que son una solución, son responsabilidad
del Estado: de los legisladores que hacen las leyes y del Poder Ejecutivo que
las implementa.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
En definitiva, no todos los plásticos se pueden reemplazar y
la degradación de los biodegradables no es tan sencilla. La clave parece estar
más en cambiar nuestro comportamiento que en modificar el material con que se
hacen los productos. Preguntate: ¿nunca compraste algo solo porque tenía un
packaging más lindo, pero que descartaste en el momento en que lo abriste? La
mejor manera de ayudar es reutilizar las cosas todo lo posible, optar siempre
por productos hechos con materiales renovables (como madera o caña de azúcar) y
pedirles constantemente a los gobiernos que mejoren los métodos de reciclaje y
recuperación de residuos. Sobre esa base, sin duda, va a ser mucho más fácil
solucionar el problema.
EN NÚMEROS
- El
plástico convencional tarda entre 500 y 1000 años en descomponerse.
- 3
meses tarda un bioplástico en compostarse.
- 350
millones de toneladas de plástico se generan en el mundo por año.
- Para
2020 se espera producir mundialmente 884 toneladas de
plástico biodegradable.
- Los
bioplásticos producen un 70% menos de gases invernadero que
los plásticos convencionales..
¿Y vos? ... ¿Cómo te llevás con los plásticos? ¿Sos de
reciclarlos? ¿Buscás que sean biodegradables? Leé también: Cómo convertirse en una referente de los emprendedores
sociales y ¿Sos víctima de los altibajos emocionales que provoca el
estrógeno en nuestro cuerpo?
Expertos consultados: Diego Moyano, CEO de
Bioplástico; Lucas Campodónico, director general de B-Eco (La Bioguía,
Greenbondi, Ecomanía); Patricia Eisenber, doctora en química de Inti-Plásticos.
Tomado de la nación de ar
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