Costo de la
electricidad baja 60% en tres años de la Agenda de Energía
Autor: G. Orellana y F. González
Caída de los precios de las últimas licitaciones asoma
como el gran triunfo de la iniciativa lanzada en mayo de 2014. En la industria,
si bien valoran este instrumento, plantean que ha faltado avanzar en aprovechar
el potencial hidroeléctrico del país.
Un verdarero zapato chino era, sólo tres años atrás, la
situación de la energía en Chile. Precios disparados, muy lejos de mercados
como Perú o Colombia, reflejaban la dificultad para desarrollar proyectos, con
varias iniciativas como HidroAysén, la termoeléctrica Barrancones o la del
complejo carbonero Castilla cayendo uno a uno, entrampados en decisiones
judiciales, políticas o ambientales. Mientras, crecía el temor a una
racionalización de la energía o que los precios subieran todavía más, sobre
todo, tras el grave episodio de la crisis del gas argentino, que obligó al país
a buscar fuentes alternativas de generación.
Por entonces, el recientemente nombrado ministro de Energía,
Máximo Pacheco, debió decidir, junto con sus pares del Comité de Ministros, el
futuro del proyecto HydroAysén, al que se revocó el permiso ambiental. Tras ese
episodio, apuró el tranco de un trabajo ambicioso: la Agenda de Energía,
documento en que definiría la hoja de ruta para resolver ese entramado.
El documento, presentado por la Presidenta Michelle Bachelet
el 15 de mayo de 2014, tenía por objeto “construir y ejecutar una política
energética de largo plazo que tuviera validación social, política y técnica” y
que hiciera frente a un escenario en que los precios de la energía eléctrica
habían aumentado considerablemente en la última década. “En 2006, el suministro
eléctrico para nuestras familias, comercios y pequeñas empresas (clientes
regulados) fue adjudicado a valores promedio de US$ 65 MWh; en cambio, la
última licitación, realizada en diciembre de 2013 para estos mismos clientes,
fue adjudicada al doble del 2006”, diagnosticaba la propia agenda.
El documento, además de leer el escenario de manera cruda,
se puso metas ambiciosas como la reducción de los costos marginales de la
electricidad desde los US$ 151 promedio de 2013, la baja de los valores de las
licitaciones para distribuidoras y levantar las barreras para las energías
renovables. A esto se sumó fomentar el uso eficiente de la energía, robustecer
a la estatal Enap y el desarrollo de una política de largo plazo, que se
materializó en 2015 tras un extenso proceso participativo del que sólo queda
pendiente la definición de una estrategia local para la región de Aysén, hoy en
etapa final
de desarrollo.
*Los resultados
Tres años después, en la industria energética hay consenso
de que la hoja de ruta cumplió gran parte de sus objetivos, siendo los precios
de la energía, tanto en lo relativo al costo marginal como en los valores de
las licitaciones de suministro para las distribuidoras, los más vistosos, con
resultados muy por sobre las expectativas.
En el Sistema Interconectado Central (SIC), por ejemplo, el
costo marginal promedio mensual de abril bajó de US$ 146,6 por MWh en promedio
en 2014 a US$ 59,2 por MWh el presente año, una caída de 60%. En el caso del
Sing, la baja también ha sido significativa: desde US$ 86,7/MWh en 2014 a US$
51,5 este 2017.
Este descenso se ha dado además en medio de un escenario de
sequía, que en años anteriores disparaba los costos de producción de
electricidad. El auge de las ERNC, que traspasaron el umbral de la rentabilidad
que las hacía poco atractivas, también hizo lo suyo, al igual que la baja
internacional en los precios de los combustibles.
“La Agenda de Energía fue efectiva en lograr precios más
competitivos (…) Otro factor relevante fue la reducción del precio de
combustibles y del precio de las tecnologías eólicas y solares”, explica el
gerente general de AES Gener -la principal productora eléctrica en Chile-
Javier Giorgio. Según el ejecutivo, esto se dio además en un ambiente de
diálogo con los distintos actores del mercado, lo que fue positivo.
Desde Engie Chile, la mayor generadora del Norte Grande,
añaden que la Agenda de Energía permitió fijar las prioridades del país en este
aspecto, estableciendo planes concretos de acción en el mediano y largo plazo.
“A partir de esta Agenda se dio impulso a proyectos relevantes,
como la interconexión que permitirá que Chile cuente con un sistema eléctrico
único, más competitivo y eficiente”, plantean desde la empresa de capitales
franco-belgas.
“La agenda estableció las prioridades legislativas como la
Ley de Trasmisión y la Ley de Equidad Tarifaria y de Reconocimiento a las
comunas generadoras, todas promulgadas en 2016”, complementan.
“Sin duda el trabajo en materia de energía por parte del
Gobierno ha tenido avances muy importantes, y estos se pueden ver en la disminución
en los precios de la energía, en la entrada de más actores al mercado y con
ello también de más oferta de renovables en el parque generador”, comentan en
Enel Chile.
*Déficit hidroeléctrico
Desde Colbún coinciden con el carácter positivo de la Agenda,
pero hacen hincapié en un punto en que no se ha avanzado al mismo ritmo: el
desarrollo de la hidroelectricidad, recurso propio y abundante que, sin
embargo, no se ha aprovechado de manera adecuada.
En hidroelectricidad, si bien se realizó un Estudio de Cuencas
y se impulsó una Mesa de Hidroelectricidad Sustentable, aún está pendiente que
esos lineamientos se traduzcan en un desarrollo efectivo del gran potencial
hidroeléctrico que tiene Chile.
Al mismo tiempo, ponen otro punto sobre la mesa, la
flexibilidad necesaria para adaptar el parque eléctrico a las irrupción de las
energías renovables, que pasaron de tener un rol secundario en el sector a
aportar casi el 10% de la producción total.
“Aunque no estaba incluido en la Agenda de Energía, la mayor
penetración de energías renovables de fuente variable (ERFV) requiere
necesariamente un sistema eléctrico más flexible, y mayor flexibilidad implica
mayores costos. Se necesita una regulación y un mercado de servicios
complementarios que introduzca las señalares de precios correcta para asumir
este desafío”, agregan.
Coincide con esta visión el gerente general de AES Gener,
Javier Giorgio. “Está pendiente avanzar en una regulación que reconozca los
nuevos costos en los que incurren las centrales termoeléctricas para aportar
servicios complementarios a la red eléctrica que permitan adicionar en forma
segura más energía renovable variable”, indica.
Para la ver en detalle la infografía, haz click aquí o en la imagen
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TOMADO DE LA TERCERA DE CHILE
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