jueves, 4 de mayo de 2017

EN MÉXICO, 1 DE CADA 4 JÓVENES QUEDA FUERA DEL BACHILLERATO

En México, 1 de cada 4 jóvenes queda fuera del bachillerato
  • Redacción El Sol de México
 Por Saúl Hernández, Moisés García, y Eduardo Grajales
“El Charolas”, como todos lo conocen en su barrio porque siempre carga la bandeja que usa como mesero, decidió a los 12 años dejar de estudiar y ponerse a trabajar. Hoy debería estar en la preparatoria, pero ni siquiera terminó la secundaria, a pesar de que desde el año 2012 la educación en México es obligatoria hasta el nivel medio superior.
Este muchacho originario de Guanajuato es uno de 1 millón 732 mil jóvenes que por su edad deberían estar cursando el bachillerato pero en realidad se encuentran fuera del sistema educativo.
Según la Encuesta Intercensal que el INEGI levantó en 2015, el 27% de los mexicanos que tienen entre 15 y 17 años –edad adecuada para cursar la educación media superior de acuerdo con los parámetros del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)– no asiste a la escuela.
Dicho de otra forma: uno de cada cuatro jóvenes en edad de estudiar el bachillerato, no lo hace.
Lejana, la cobertura universal
Si bien, la cobertura en primaria, secundaria y bachillerato ha crecido significativamente desde hace 25 años, en ninguno de los tres niveles se ha logrado que el 100% de los niños y jóvenes estén dentro de las aulas.
En 1990, el 89% de los niños en edad de ir a primaria (6 a 11 años) lo hacía, lo mismo que el 79% de los que debían asistir a secundaria (12 a 14 años) y la mitad de los jóvenes que debían estudiar la preparatoria (15 a 17 años). Para 2015, estos porcentajes subieron a 98%, 93% y 73%, respectivamente.
Quiere decir que hoy tenemos a casi todos los niños que deben estar en primaria en la escuela, pero en el caso de la media superior la cobertura sigue siendo insuficiente, especialmente cuando hay un mandato constitucional que exige universalizarla a más tardar en el ciclo escolar 2021-2022.
Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México (Colmex), indica que universalizar el bachillerato significa que “todos los mexicanos en edad de estudiar ese nivel lo estén haciendo”.
En este sentido, sentencia que la probabilidad de lograr una cobertura universal en el bachillerato es lejana ya que aunque se logre que todos los estudiantes que terminan la secundaria entren a la preparatoria, aún quedarán miles de jóvenes que como “El Charolas” abandonaron antes la escuela.
“Tenemos a muchos jóvenes que no están en la preparatoria porque aunque tengan 15, 16 o 17 años no tienen la secundaria o la primaria terminada… fueron echados del sistema antes ya sea por necesidad económica o porque la oferta en los niveles previos no existió o fue de muy mala calidad”, indica el especialista en educación.
Los padres de “El Charolas” tampoco terminaron la educación media. Su madre abandonó los estudios en el tercer semestre del bachillerato cuando quedó embarazada y su padre ni siquiera cursó la secundaria.
En su familia aún no existe una persona que haya egresado de este nivel; todos trabajan desde muy jóvenes en diversos oficios. Pese a su historial familiar, él confía en que su hermana menor, quien ahora cursa el sexto año de primaria, pueda algún día llegar incluso a la Universidad.
Pobreza, primer factor de abandono
El plantel 312 del Sistema de Educación Media Superior a Distancia (EMSAD) del Colegio de Bachilleres de Chiapas (COBACH) se localiza en la comunidad de Yaltem, a hora y media del
municipio de Chamula.
En el ciclo escolar 2014-2015 la escuela logró captar a 22 estudiantes, pero para el ciclo 2015-2016 la matrícula ya había descendido a 16. Infortunadamente, de esa primera generación hoy solo 11 jóvenes están a punto de concluir y apenas cuatro tienen intención de ir a la Universidad. Este microcosmos educativo esboza muy bien lo que sucede en todo el país.
Yaltem es una comunidad muy pobre donde los recursos apenas alcanzan para la manutención familiar. Los niños son enviados a preescolar y primaria para aprender lo básico (leer, escribir, sumar y restar) y luego casarse o ponerse a trabajar.
Para colmo, el dominio de esas habilidades se ve mellada por continuas suspensiones escolares derivado de las típicas fiestas religiosas, asuetos oficiales, reuniones de padres o sindicales, falta de profesores bilingües y enfermedades, entre otros.
Los adolescentes que logran entrar a la secundaria tienen altas probabilidades de no concluirla. Los hombres desertan llegada la temporada de siembra o cosecha, pues tienen que ayudar a sus padres en las labores del campo.
Las mujeres recurrentemente truncan sus estudios por matrimonios prematuros que, como parte de los usos y costumbres, son pactados por sus padres en montos que oscilan entre los 16 y 50 mil pesos.
Y quienes logran avanzar al bachillerato, la mayoría de las ocasiones es porque su permanencia escolar contribuye al gasto familiar mediante el apoyo que reciben de las becas PROSPERA y que se incrementan casi al doble –hasta 2 mil pesos– al ingresar a la preparatoria.
Para Manuel Gil, el factor determinante para abandonar la escuela incluso antes del bachillerato es la pobreza. Aunque quisiera, una buena parte de la población más pobre no puede seguir estudiando por razones económicas o porque no hay oferta educativa cerca de donde vive.
Prefieren ganar dinero
Un segundo factor tiene que ver con lo que el especialista denomina la “pobreza escolar” y que se manifiesta en al menos dos sentidos: uno, en la baja posibilidad de aprobar los cursos dadas las deficiencias que los estudiantes arrastran de los grados previos y dos, porque la escuela les resulta extremadamente aburrida.
Y finalmente hay una tercera causa: los jóvenes prefieren trabajar, en lugar de estudiar, como una opción que les ofrece más ingresos en el corto plazo para obtener los artículos de consumo que les son atractivos.
La Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior (ENDEMS) hecha por el gobierno federal en el año 2012 ya daba cuenta de estas causas de abandono. De acuerdo con la encuesta, las principales razones para dejar el bachillerato tienen que ver con la falta de dinero, los malos resultados académicos y los embarazos.

El especialista del Colmex también alerta sobre la posibilidad de que los jóvenes que abandonan la escuela lo hagan atraídos por las opciones que les ofrece la economía informal o peor aún las actividades ilícitas, desde la delincuencia común hasta el crimen organizado. TOMADO DEL SOL DE MEXICO 

No hay comentarios: