lunes, 8 de octubre de 2018

SOSPECHAN QUE EXPERIMENTO AGRÍCOLA OCULTA ARMA BIOLÓGICA


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Saltamontes, moscas blancas y pulgones, son los tres tipos de insectos con los que trabajan. | AGENCIAS ABC
Científicos del Instituto Max Plank de Biología Evolutiva en Plön (Alemania) y de la Universidad de Montpellier (Francia) y abogados de la Universidad de Friburgo (Alemania) publicaron en la revista Science un artículo inquietante, en el que denuncian que un revolucionario programa de investigación agrícola en EEUU puede ocultar en realidad un objetivo diferente y mucho más letal.
El experimento, financiado por la  Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (Darpa, por sus siglas en  inglés), del Departamento de Defensa de EEUU, emplea insectos para dispersar virus infecciosos modificados genéticamente sobre cultivos con el objetivo, aparentemente inocente, de reforzar su resistencia ante sequías, enfermedades o herbicidas.
Sin embargo, según los autores del texto, la intención final puede ser el desarrollo de una potente arma biológica. Si ese fuera el caso, advierten, supondría una clara violación de los tratados internacionales que prohíben este tipo de armamento.
El experimento de cuatro años, llamado “Insectos Aliados”, comenzó en el verano de 2017. Su principal característica es que emplea una técnica, la alteración genética ambiental horizontal (HEGAA), para introducir cambios genéticos en cultivos, pero no en el laboratorio, sino cuando ya están plantados. El virus modifica los cromosomas de las plantas, una alteración que previsiblemente puede aumentar su resistencia ante diferentes desafíos ambientales.
La diferencia es que en este caso los virus no son dispersados a través de medios tradicionales, como equipos de fumigación, que se monitorizan y controlan con mayor facilidad, sino que DARPA pidió específicamente que se hiciera a través de insectos.
Es en este punto en el que los autores del artículo encuentran motivos para la alarma. Para empezar, “controlar la propagación espacial y taxonómica de los virus será complicado”, afirma Felix Beck, de la Universidad de Friburgo. Los insectos son, como es lógico, completamente impredecibles y los virus también pueden afectar a las semillas, no sólo a las plantas en crecimiento. Además, a su juicio, recurrir a insectos no implica “ningún beneficio”. Habría sido “perfectamente posible” el despliegue de equipos de rociado agrícola. “La única justificación que se ha presentado en un documento público es que la fumigación requeriría una infraestructura que no está disponible para todos los agricultores, pero es difícil imaginar que en EEUU no esté garantizado el acceso a estos equipos ante cualquier emergencia”, explica Beck.
Daños devastadores
En su opinión, el enfoque de Darpa refleja la intención de desarrollar una tecnología ofensiva. El equipo cree que sólo harían falta sencillas modificaciones en el método para generar una nueva clase de armas biológicas de acción rápida, armas que podrían destruir cualquier cultivo de un enemigo sin grandes equipos y sin la necesidad de pulverizar el agente tóxico directamente. Sólo hace falta que los insectos se posen en los campos. “Podría usarse para causar daños a gran escala y potencialmente devastadores”, señala Beck. Las plantas morirían o sus semillas quedarían esterilizadas.
Los autores desconocen si el programa tuvo algún tipo de impacto en la bioseguridad y piden a DARPA una mayor transparencia en sus planes. Desde su punto de vista, la investigación podría violar la Convención sobre las Armas Biológicas, en la que participan más de 180 países. // TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA

1 comentario:

Cocobueno dijo...

Y un enlace a la información original?
.