GOBERNABILIDAD Y RECONSTRUCCIÓN
La gobernabilidad es una condición indispensable para llevar
adelante las políticas de Estado que apuntan a lograr un país caracterizado por
el desarrollo y la prosperidad. En momentos en que el Perú se recupera del
impacto de El Niño Costero, esa gobernanza resulta vital para que los planes de
reconstrucción se realicen con la mayor eficacia posible y la rehabilitación de
las regiones damnificadas sea total.
Como espacio de consenso que contribuye a sentar las bases
de una política pública de largo plazo para enfrentar la situación de
carencias, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP) ha
propuesto un acuerdo de gobernabilidad que permita una continuidad en la
política de reconstrucción para que lo iniciado hoy por el Poder Ejecutivo
permanezca en el tiempo y prosiga con los próximos gobernadores regionales y
alcaldes que sean elegidos por la ciudadanía en los comicios del 2018.
Las primeras proyecciones han previsto que la recuperación
de las regiones tomará un aproximado de dos años, proceso que coincidirá dentro
de año y medio con la elección de nuevas autoridades edilicias y regionales,
que deben tomar la posta democrática y proseguir con los esfuerzos del Estado
por devolver las condiciones adecuadas de progreso a la población.
El planteamiento de la MCLCP es oportuno porque hoy más que
nunca se requiere persistencia en el programa de rehabilitación de las regiones
afectadas por el fenómeno climático, a fin de evitar cualquier tipo de
retroceso y llegar al Bicentenario de la República con la infraestructura
renovada y con un plan previsor de urbanidad, de tal manera que sea menor el
efecto de nuevas anomalías del clima en comparación a las de este año.
Así como la consigna de ‘Una sola fuerza’ ha servido como
elemento unificador en la situación de emergencia, este acuerdo por la
gobernabilidad se impone como un elemento sustantivo que aportará al modelo de
crecimiento económico que diversas naciones de la región han reconocido en el
Perú como ejemplar. Y es indispensable porque urge garantizar condiciones de
vida de calidad a aquellas personas que han perdido activos importantes como
hogar, espacio de trabajo, chacras, además de infraestructura educativa, de
salud y vial.
¿Es posible lograr ese acuerdo? Sí, porque la
institucionalidad caracteriza al modelo democrático que practica la nación
peruana. Un ejemplo de ello es el espacio abierto de diálogo y consenso entre
los gobiernos regionales y el Poder Ejecutivo (Gore-Ejecutivo), cuyos alcances
podrán ser sopesados en el futuro inmediato tras aplicar las medidas adoptadas
en el campo de la simplificación de procesos administrativos y la viabilidad de
los proyectos formulados por las mancomunidades regionales, como la edificación
de establecimientos de salud y hospitales, escuelas de alto rendimiento,
dotación de docentes en zonas alejadas, sistemas de riego para la agricultura,
electrificación rural, así como la ampliación de la cobertura de agua y
saneamiento.
La gobernabilidad resulta vital para que los planes de
reconstrucción se realicen con la mayor eficacia posible y la rehabilitación de
las regiones damnificadas sea total. TOMADO DE EL PERUANO
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